En oficina donde trabajó Rosalina todo es tristeza

Desde la semana pasada, el departamento donde trabajaba Rosalina Ynoa ya no es lo mismo. Los empleados están cabizbajos. Apenas pronuncian palabras.

Desde la semana pasada, el departamento donde trabajaba Rosalina Ynoa ya no es lo mismo. Los empleados están cabizbajos. Apenas pronuncian palabras.“Estamos devastados”, expresa Omar Herrera, oficial de cooperación, uno de los ocho empleados que trabajaban directamente con Rosalina. Esta mujer fue una de las 79 víctimas mortales del tren que descarriló cuando iba de Madrid hacia Santiago de Compostela, en España.

Rosalía dirigía la Unidad de Análisis y Coordinación de la Dirección General de Cooperación Internacional del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, del gobierno dominicano.

La naturaleza del trabajo de esta oficina produce un dinamismo que se evidencia en las responsabilidades cotidianas de los técnicos que allí laboran.

Pero ayer, los ánimos alcanzaban para poco. El cubículo de Rosalina estaba vacío. Unas cuantas sillas acomodadas como para recibir visitas, y dos pequeñas banderas, una dominicana y otra que mostraba un letrero que reza “cooperación internacional”, adornaban un escritorio aun con varios documentos, quizás pendientes de revisión.

A pocos pasos de lo que fue su despacho, una señora acomodaba un legajo de papeles, como si forzara cada uno de sus movimientos. No tenía ganas de nada.

Así están todos en esta oficina, situada en el bloque “B” del edificio que aloja varias dependencias gubernamentales, frente a la casa de Gobierno.

Y tienen razón para sentirse así. Nelson Felipe Valdez, director de Cooperación Bilateral, cuenta que Rosalina trabaja sin parar. Dice que el dinamismo que le imprimía a su trabajo logró contagiar a todos los que estuvieron con ella durante los últimos siete años.

“No tenía horario. Era muy activa. Rosalina se sobrecargaba de trabajo”, expresa Valdez, con su voz quebrada. “Era muy solidaria. Siempre tenía la palabra familia en la boca. Aun en conversaciones laborales, terminaba hablando de su familia: de sus hijos, de su esposo; sus hermanos. Eso la hacía especial”, añade.

Dijo que conoció a Rosalina en Estados Unidos, en Naciones Unidas, en el 2007, adonde fue a una misión especial representando a República Dominicana.

Una gran profesional

Antes de ser nombrada frente a la Unidad de Análisis, Rosalina ocupó el cargo de directora de Cooperación Multilateral. Sus compañeros de trabajo la definen como una profesional con muy buena formación en el ámbito de la gestión pública, especialmente en el área de la cooperación internacional.

Se le atribuye la habilidad de haber conocido y manejado muy bien la legislación y acuerdos que rigen la cooperación internacional en el país.

“Era una mujer que cuando tomaba una tarea no la soltaba hasta hacerla muy bien. Ella decía que lo bueno siempre se podía mejorar”, recuerda Valdez.

No todos los miembros del equipo de trabajo que coordinó Rosalina quisieron hablar de lo ocurrido. Para ellos, fue alguien que se comportó como una amiga y compañera solidaria, más que una jefa con una gran responsabilidad encima.

José Ronaldo Torres Tatis, encargado del Departamento de Seguimiento de Cooperación Bilateral, trabajó más de cerca con Rosalina. Su pesar por la muerte se le nota a leguas.

“Era una persona dinámica en todos los aspectos del trabajo y en las relaciones interpersonales”, recuerda Torres.

Rosalía Ynoa González era madre de cuatro hijos. Estaba en Madrid junto al viceministro de Cooperación Internacional, Inocencio García, participando en la reunión de representantes de cooperación, auspiciada por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).

En ese escenario se discutió sobre la reorientación de la cooperación internacional europea tras la crisis que afecta a ese continente, previo a la Cumbre Iberoamericana que se realizará en Panamá, en octubre próximo.

Rosalina será sepultada en el Cristo Redendor

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo confirmó que será a las 7:45 de la noche de hoy cuando traerán el cadáver de su funcionaria Rosalina Ynoa González, fallecida en el accidente de tren del pasado miércoles 24. Los restos serán transportados por su esposo Leonardo Alberti Canela Fernández y otros parientes, en el vuelo UX089 de Air Europa procedente de Madrid. Será recibido en el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) por una comisión oficial que encabezará el ministro Temístocles Montás. Estarán expuestos este sábado en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln y el sepelio será el domingo, a las 11:00 de la mañana en el cementerio Cristo Redentor.

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