Manuel Santana ha visto pasar a cientos de pacientes por la habitación número 3 del área de cirugía de hombres del hospital Francisco Moscoso Puello, y no precisamente por ser parte del personal médico.Postrado en una cama ortopédica desde hace casi dos años tras sufrir un accidente que lo dejó parapléjico, Santana se ha convertido en el interno más antiguo de ese centro asistencial, donde espera por un trasplante de médula ósea que no ha podido practicársele por falta de recursos.
Con lágrimas en los ojos, el hombre de 43 años dice que sus únicos familiares son los médicos y enfermeras que lo cuidan con esmero día a día, y que ya lo ven como un “amigo y hermano muy especial”.
“Usted viene mil veces aquí y me encuentra limpiecito, las enfermeras se apuran mucho por mi limpieza, cuando siento cualquier dolor nada más tengo que llamarlas, porque son humanitarias y ya me tienen como si fuera de su familia”, dice.
Santana clama porque una mano solidaria le ayude a costear la intervención quirúrgica en Cuba y así se abran sus posibilidades de volver a caminar.
Accidente ocurrió en 2004
En la memoria de Santana todavía están frescos los recuerdos de aquel fatídico día del año 2004, cuando en plena campaña electoral fue embestido por un camión mientras instalaba una valla publicitaria del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en la carretera Mella.
Antes de ser ingresado en el Moscoso Puello, Santana cargó con su parálisis por varios hospitales, incluido el de la Fuerza Aérea de San Isidro, donde recibió las primeras atenciones médicas y le dieron la funesta noticia de su estado.
Al poco tiempo, Manuel fue referido a la Plaza de la Salud, donde ante la imposibilidad de ser operado pasó a recorrer las salas de internamiento del Darío Contreras, el Padre Billini, el Centro Cardio-Neuro-Oftalmológico y Transplante (Cecanot), y el Moscoso Puello, lugar en el que, según consta en su historial clínico, lleva 667 días.
No encuentran su familia
El departamento de asistencia social del hospital informó que ha hecho ingentes esfuerzos por localizar a la hermana de Manuel, identificada como Miguelina Santana, pero ha resultado imposible por lo que han tenido que asumir el costo de sus tratamientos, alimentación y atenciones médicas.
“Nosotros hemos hecho visitas domiciliarias en varias oportunidades a los lugares donde él nos dice que viven sus familiares pero no encontramos a nadie, hemos ido a Villa Mella, a la Zona Oriental, pero nada”.
El hombre que dice haber estudiado ingeniería electromecánica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) dijo que antes del accidente tenía un taller para fabricar inversores.
Procreó un par de mellizos con su exesposa Lourdes Reynoso de la Cruz, quien se marchó a España, mientras que sus niños murieron cuando tenían año y medio de edad.
La enfermera Magalis Ureña, quien se conoce de memoria la historia de Santana, dijo que a su paraplejia se suman otras complicaciones por lo que tienen que administrarle varios medicamentos.
Ureña lo define como un hombre especial y exigente con su cuidado.
“Muchos evangélicos vienen y lo visitan, él ha encontrado un empujoncito y ha hecho un mundo, lo ideal sería que se viera fuera de esa cama”, agregó la enfermera Ureña.
Un enfermo conectado a las redes sociales
Pese a su estado de inmovilidad Manuel se mantiene comunicado con el mundo exterior a través de las redes sociales Facebook y Twitter.
Aparte de los cuidados médicos, las enfermeras le ayudan a manejar su teléfono blackberry, que según dijo le regaló una amiga que vive en España.
“Yo tengo que ayudarle a subir fotos, y me dijo que le creara hasta un twitter, ¿quién como Manuel en este hospital?, bromea Magalis. Dice que sus visitantes le ayudan con el costo del internet de su moderno teléfono.
