El pacto educativo planteado en la Estrategia Nacional de Desarrollo y asumido por el presidente Danilo Medina debe enrumbar la educación dominicana hacia la competitividad de los recursos humanos que salgan de las aulas.La misma Constitución de la República ratifica como prioridad la educación de calidad. Su artículo 63 señala, entre otros aspectos, que “toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”.
En consecuencia, “la educación tiene por objeto la formación integral del ser humano a lo largo de toda su vida y debe orientarse hacia el desarrollo de su potencial creativo y de sus valores éticos”.
Los ejes del pacto
Durante los debates en torno hacia dónde debe dirigirse el sistema educativo dominicano, los puntos coincidentes señalan el rediseño de un currículum que se adapte a las necesidades de competitividad del producto que salga de las aulas.
En ese sentido, y de cara a las malas evaluaciones que ha tenido el país por parte de organismos internacionales, los planteamientos coinciden en reforzar la enseñanza de asignaturas como matemáticas, química y física.
En cuanto al sistema en sí, se plantea la descentralización de la gestión educativa, orientando la ejecución presupuestaria hacia las necesidades de la escuela misma.
Planteamientos
Igualmente, han surgido planteamientos dirigidos al mejoramiento de la infraestructura escolar, ampliando su tamaño y reforzando su estructura.
Al respecto, es de observar que de acuerdo a diversos estudios, incluyendo de los ministerio de Educación y Obras Públicas, más del 60% de los planteles no resisten una actividad sísmica de magnitud considerable.
De acuerdo con el doctor Roberto Fulcar, consultor y auditor de sistemas de calidad de la educación, “más allá de la asignación del 4% del producto interno bruto hacia la educación preuniversitaria, el pacto ha de estar dirigido hacia la dignificación de los actores del sistema, como son los estudiantes y profesores, convirtiéndose en el eje de las políticas sociales, por lo que su extensión y calidad requieren del más amplio compromiso de todos los sectores nacionales”.
Coalición Digna
Para Maria Teresa Cabrera, vocera de la Coalición por una Educación Digna, ahora que se tiene la casi seguridad de contar con el 4% del PIB para la educación preuniversitaria, el sistema educativo debe abocarse a abordar los fundamentos del currículo dominicano, que tiene una concepción del ser humano en relación con la sociedad y el medio ambiente, pero sobre todo teniendo como meta elevar y potencializar la calidad.
En ese sentido, apeló a aplicar lo mejor del sistema educativo nacional contemplado en los planes decenales 1992-2002, 2002-2012 y 2008-2018.
Para la educadora, el sistema debe empeñarse en formar un ser humano librepensante, amante de la libertad y con capacidad para interpelar, analizar y sacar sus conclusiones de los fenómenos que definirán su vida.
Compromiso oficial
El presidente Danilo Medina, de su lado, ha dado señales de que realmente tiene un compromiso con la educación, asegurando que ésta es “el otro nombre de la libertad”.
Tras anunciar que cumplirá con el compromiso de asignar el 4% del PIB para la educación preuniversitaria, el mandatario ayer creó una comisión que se encargará de diseñar y ejecutar un plan que, tiene por objeto acabar con el analfabetismo en los próximos dos años.
Extirpar la política del sistema educativo
Para el educador y empresario Fauntly Garrido se hace necesario extirpar la política y el gremialismo de la función educativa. Dice que la educación nacional requiere de la conformación de una superintendencia de educación despolitizada, que vele por crear los estándares cualitativos, certifique las pruebas evaluativas de los alumnos y certifique al personal docente y académico del sistema, tanto público como privado. Señala que la función del Ministerio de Educación sea solo el de brindarle el servicio a los más de 2.4 millones de alumnos que requieren del mismo en toda la geografía nacional. “Además del 4% del PIB, el sistema debe contar con una formación adecuada de los recursos humanos”, apunta.
