La sociedad dominicana, expresada en sus organizaciones políticas, cívicas, sociales y económicas, y quienes tienen a cargo la gobernabilidad de la Nación, escenificaron un hermoso acto. Firmaron el Pacto Nacional para la Reforma Educativa, 2014-2030. Fue un acontecimiento muy significativo para el avance no sólo de la educación, sino de los dominicanos como conglomerado político, social y económico, como ente vivo que quiere avanzar acorde con estos tiempos.
El Pacto recoge con mucha calidad todo el esfuerzo desplegado por quienes tuvieron a cargo la misión de hacerlo realidad, desde la visión que implica la Estrategia Nacional de Desarrollo, la naturaleza del Estado social de derecho que rige la República, en atención a la Constitución y a los principios fundamentales que proclama y afirma, hasta las políticas específicas atinentes a la educación dominicana. Refleja el grado de madurez de la sociedad, cómo privilegia el diálogo para avanzar, para transformarse, y cómo los actores son capaces de comprometerse.
Definitivamente, avanzamos, con sentido de gradualidad.
Suscrito el acuerdo, ¿qué se requiere? Lo ha sintetizado el presidente de la República con su singular expresión: “El Pacto no será un papel mojado”, que se diluye, agregamos nosotros. Está muy bien. Pero para que sea así tienen que materializarse todos los compromisos en base a las divisas consagradas: “…
implementando mecanismos adecuados y transparentes para el cumplimiento de cada uno de los compromisos asumidos, así como la definición de cronogramas, metas cuantificables y estrategias para el seguimiento, evaluación y retroalimentación constantes, con la participación activa y sistemática de todos los actores”.
Es, la realización de “los máximos esfuerzos en procura de asegurar el financiamiento y desarrollo de todos y cada uno de los acuerdos derivados de este Pacto en un marco de transparencia, rendición de cuentas y evaluación permanente de la eficacia de las estrategias y acciones adoptadas”.
Si no es así, serán palabras bonitas que se borrarán como letras en papel mojado. En lo inmediato, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y el Consejo Económico y Social deben socializar la designación del Comité Técnico de Apoyo para la rápida implantación de lo acordado.
