Página en blanco

Danilo Medina está escribiendo su página en blanco, con la apertura del conflicto Barrick Gold-Estado dominicano, que después del 27 de febrero recién pasado ha dejado de ser Barrick-Estado, para convertirse en Barrick-pueblo. La confrontación…

Danilo Medina está escribiendo su página en blanco, con la apertura del conflicto Barrick Gold-Estado dominicano, que después del 27 de febrero recién pasado ha dejado de ser Barrick-Estado, para convertirse en Barrick-pueblo. La confrontación ha trascendido y el soberano se ha empoderado. Parece que aquella expresión del Presidente en el Parlamento “INACEPTABLE”, refiriéndose a las condiciones del contrato Barrick Pueblo Viejo-Estado dominicano, ya no es tal. Se trata ahora de la reivindicación del despojo del que se consideran víctimas diez millones de dominicanos, heridos en la cartera… Golpeados en el estómago. Se considera que la revisión no puede ni debe ser sobre un aporte a título regalía de 3.2% a 18% de cada dólar sobre beneficios netos; y que el pueblo está respondiendo igual: “INACEPTABLE”.

Y qué bien que el Comité Político del PLD, a unanimidad apoyara la posición asumida por el presidente Medina, en el affaire, porque con ello le tapan el pico a los vocingleros de pacotilla que cotorrean en esquinas que fulano, perencejo y sutanejo son accionistas de la Barrick… que dación en pago por los favores recibidos…  que la aprobación de contrato sin lectura… etc., etc., etc.

Y es que el Estado está obligado a buscar recursos. Asfixiado de requerimientos y necesidades sociales, capacidad económica agotada (no más préstamos), capacidad fiscal colmada (el pueblo y la clase media no pueden con más cargas fiscales), tampoco resiste la que arrastra actualmente (hay distorsión en el sistema). Veamos un breve ejemplo: La empresa A presta servicios profesionales a la empresa B y percibe un pago de cien mil pesos mensuales; B tiene un personal especializado y paga salarios.  Veamos el nivel impositivo fiscal: Por el pago de A a B, descuento del impuesto sobre la renta. Pago de la empresa B a sus asalariados, descuento de ITBIS 18%, más 10% impuesto sobre la renta. Total de descuentos 28%, mensual en promedio de ingresos. El empleado sale de su empresa al supermercado a comprar leche, pan, café, medicinas, etc., etc., donde tendrá que pagar el 18% del ITBIS (otra vez) sobre los alimentos, medicinas y servicios. Luego se detiene a pagar la factura del teléfono, el telecable y otros de comunicación, donde deberá pagar 18% (otra vez) de ITBIS, 2% de telecomunicaciones, y 10% de advalórem.  Total 30% de impuestos sobre el costo de servicios. Antes de llegar a su casa, recibe la llamada de la esposa recordándole que debe pagar electricidad del hogar, la basura, y el servicio de agua, los cuales no tienen impuestos por lo caro y precario. Se detiene en la estación de venta de combustible, donde tiene que pagar más de ochenta pesos de impuestos por cada galón, para pago de deuda “eterna”.

La clase media que cotiza en esos niveles no resiste esa carga. La reforma fiscal debe ser para desmontar la distorsión. Ya se dice que la fiebre recaudadora está creando exclusión social y requiere transformación. Lo cierto es que la recaudación fiscal con la última reforma no ha resuelto ni siquiera medianamente los gastos de un Estado paternalista. Se comenta que las operaciones comerciales con dinero efectivo, evaden el sambenito. Que paguen los pendejos.

Por otro lado, que la seguridad jurídica y el Estado de derecho…. que si el Estado no es competente para tocar el contrato… que Aduanas no puede detener los embarques de oro, etc., etc., etc., ¡Maldito complejo del cacique aquel, que aún sigue latente!…

Se nos olvida que Danilo habló de revisión consensuada y si no hay acuerdo digno, someterá el proyecto de ley creando un impuesto a la plusvalía de la producción minera. No es la primera vez que se aprueba un impuesto a la plusvalía de exportaciones y productos; en los años 1970, Joaquín Balaguer, a la sazón presidente de la República, le puso por ley un impuesto al sobreprecio del azúcar, carga que aceptaron sin discusión las empresas Gulf and Western, Vicini, y CEA. También le impuso por vía de hecho un impedimento de salida a los metales extraídos de las lomas de Bonao, hasta tanto revisaran los impuestos y la participación del Estado en estas explotaciones mineras. Ni el país, ni el Estado colapsaron, ni entró el mar por tales medidas.

Ante tanta desinformación, es importante preguntarse si el Presidente de la República y el Congreso perdieron su competencia de someter proyectos de ley para ejercer y regular la función del Estado. Obvio que no. Entonces, el diferendo con Barrick Gold no es cuestión de regalías, se trata de regulación estatal, de lo cual depende la suerte de diez millones de dominicanos que viven en la pobreza.

El diálogo parece atrabancado. La empresa, consciente de su poder, ha respondido que el contrato no está en discusión y que daría entre un 3.2% hasta un 18% de los beneficios netos al Estado, pero a título de regalía; pero resulta que el empoderamiento del pueblo no es para regalías. La sala capitular de La Vega, en una desacostumbrada resolución, ha dictado que “Loma Miranda no será una explotación minera”. El Falpo, Rogelio Cruz, Participación Ciudadana, y otras rebeldías, están entrando en su apogeo.

Mientras tanto, continúan las exportaciones industriales indetenidas de oro dominicano; el valor que declara la Barrick, y el valor que verificó la Aduana en el embarque paralizado, no coinciden ni son iguales. La Barrick declaró que su doré tenía un contenido X de oro, pero Aduana comprobó que el contenido de oro era XXX (triple X), y la multa no se ha cobrado, ni parece que se va a cobrar,  ya que la misma Dirección General de Aduanas se declaró incompetente.

Danilo tiene el balón en su cancha.  Si le queda tinta para completar la página que abrió en el Congreso despertando expectativas jamás vistas en el pueblo dominicano: Amén. Pero este país cuenta con el oro de Cotuí para la presa de Monte Grande, la carretera San Juan-Santiago, el desarrollo turístico de Bahía de las Águilas y del Suroeste; así como otras prioridades.

Si el plazo razonable todavía no ha vencido, no se olvide, Presidente, que la oposición política también tiene canales para someter el proyecto impositivo al sobreprecio del oro, y si se produce tal eventualidad, se la pondrán difícil. Y el pueblo, al igual como lo ha apoyado a usted, apoyará esa iniciativa. Ojalá que Dios lo ayude a entrar por la puerta grande de los iluminados.

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