Si observamos los múltiples problemas sin solución, se podría concluir que República Dominicana está en pañales, por no decir en una interminable fase de construcción.
La comprensión de esa realidad permitió que surgiera la buena idea de crear una Estrategia Nacional de Desarrollo, desde 2012 hasta 2030, con el propósito de crear “las condiciones básicas que propicien la sinergia entre las acciones públicas y privadas para el logro de la Visión de la Nación de Largo Plazo y los Objetivos y Metas de dicha Estrategia”.
Quizás es muy temprano para decir que se nos hace tarde para avanzar en la dirección requerida. Pero si no lo tomamos en serio, el tiempo se nos puede ir sin lograr las metas.
No hemos podido con el déficit eléctrico y tratamos de alcanzar un pacto, partero de soluciones. Igual pretendemos hacer con la educación. Y no nos olvidemos del sugerido pacto fiscal.
Si miramos hacia cualquier lado descubriríamos que habría que hacer tantos pactos como para nunca acabar. Hoy se habla en elCaribe de los serios problemas en el tránsito y el transporte, y de iniciativas que no terminan de cuajar.
Ahí también está el drama del Sistema de la Seguridad Social, que sentimos que cada día funciona peor. Insatisfacciones de usuarios, de prestadoras y aseguradoras. Que la cuota para medicamentos es una vergüenza; que los procedimientos y servicios hospitalarios son deficitarios y amenazan con provocar quiebras. En fin, que también es necesario otro pacto que garantice su sostenibilidad.
Pero hay que ser positivos. Tenemos que discutir y suscribir los acuerdos que requiere la Nación. Y para eso hay que trabajar con toda seriedad, porque lo contrario sería perpetuar las deficiencias, las dispersiones y multiplicidades de instituciones y actores, sin alcanzar los objetivos para hacer la vida más llevadera a quienes habitamos en esta isla.
Que no hay voluntad política. Sí, pero todos debemos aportar nuestro granito para ver si terminamos de sentar profundamente las bases del país que anhelamos. l
