México. El Papa Benedicto XVI empezó un peregrinaje a la Latinoamérica que habla español con un llamado para que los mexicanos derroten la “idolatría del dinero”.
El papa Benedicto XVI condenó la violencia del narcotráfico en México, e instó a un diálogo en Cuba para buscar nuevos modelos que reemplacen el marxismo, en el comienzo de un peregrinaje a ambos países latinoamericanos.
El vuelo de Alitalia que lo trajo aterrizó en medio de una multitud que ondeaba banderas mexicanas y del Vaticano. El presidente mexicano Felipe Calderón y la primera dama Margarita Zavala saludaron al Pontífice en la pista de aterrizaje, a quien se le extendió una alfombra roja a los pies de la escalera del avión por la que descendió.
Un grupo de niños también esperaban a Benedicto XVI, a quien le entregaron un obsequio.
“¡Benedicto, hermano, ya eres mexicano!”, comenzaron a gritar personas reunidas en el aeropuerto internacional de Guanajuato, animados por un locutor que hablaba en un micrófono y que pedía a la gente alzar y agitar las banderas del Vaticano que llevaban. “Necesitamos que su santidad las vea”, decía el locutor. “La espera ha terminado”.
Cuando el Pontífice apareció en la puerta del avión la gente que lo aguardaba rompió en gritos de regocijo.
La llegada
Benedicto XVI alzó los brazos y comenzó a bajar la escalera sin ayuda de nadie, ni el bastón que usó en Roma antes de partir a México.
Miles de personas y voluntarios esperaban al Pontífice apostados a lo largo de los 32 kilómetros que recorrerá desde el aeropuerto y hasta el Colegio Miraflores, donde se hospedará.
A bordo del avión que lo trasladó, el Papa condenó la violencia del narcotráfico en México y consideró que la “idolatría del dinero” es la causa de la espiral violenta que ha dejado más de 47,500 muertos desde diciembre de 2006, cuando Calderón asumió el poder.
También instó a un diálogo en Cuba para buscar nuevos modelos que reemplacen el marxismo, en el comienzo de un peregrinaje a ambos países latinoamericanos.
La gira de seis días a México y Cuba será una prueba de resistencia para el Pontífice, que cumple 85 años el mes próximo.
El viernes, en el aeropuerto en Roma, el Papa usó el bastón, aparentemente por primera vez en público, al recorrer a pie los 100 metros entre el helicóptero que lo llevó a la pista de vuelo y la escalinata del avión.
El Bajío mexicano, cuna de 25 santos mártire
Para su primera visita a México, el Papa eligió una región del centro del país conocida como El Bajío, cuna de 25 santos mexicanos considerados mártires de la persecución religiosa desatada en la década de 1920 y que provocó una guerra. La visita papal a Guanajuato, uno de los estados que conforman El Bajío, ocurre casi 12 años después de que el papa Juan Pablo II, canonizara a los 25 mártires de la llamada Guerra Cristera.