El Papa Francisco, la Ciencia y la Fe

En fecha 12 de diciembre de 2011, cuando una parte de la sociedad estaba aterrorizada porque muchos predicadores decían que, de acuerdo a las Profecías, el 21 de diciembre de 2012 llegaría el fin del mundo, publicamos un artículo titulado: Biblia,&#82

En fecha 12 de diciembre de 2011, cuando una parte de la sociedad estaba aterrorizada porque muchos predicadores decían que, de acuerdo a las Profecías, el 21 de diciembre de 2012 llegaría el fin del mundo, publicamos un artículo titulado: Biblia, Ciencia y Fe, donde decíamos que, sin caer en anacronismos, ni en dogmatismos, ni en fanatismos, la Biblia sigue siendo el libro por excelencia para construir un verdadero puente conceptual entre la ciencia y la fe, un puente antropológico entre el pasado y el presente de la humanidad, un puente cultural que lleva a los orígenes del cristianismo en Galilea, Samaria y Judea, un puente histórico que nos lleva a conocer la pasada visión “simplificada” del Génesis sobre la creación del mundo en seis días, cuando en realidad han sido 4,567 millones de años, una explicación dogmática de un diluvio universal generado por lluvias e inundaciones de zonas bajas, o la destrucción de Sodoma y Gomorra con fuego, y que pudo ser una tormenta con rayos y granizos caídos sobre techos de paja.

Decíamos que al correlacionar los textos bíblicos escritos hace tres mil quinientos años, unos; y casi dos mil años otros, con las interpretaciones muy particulares que durante décadas han hecho muchos predicadores, que, con buena intención, o sin ella, hacen anuncios apocalípticos sobre el fin del mundo, nos encontramos con discrepancias profundas entre ciencia y fe, pues la Biblia, en sí, no es un libro apocalíptico, ya que son algunos los que han interpretado el Apocalipsis como el fin del mundo, para crear mortificación en la población, y que el 21 de diciembre de 2012 no se acabaría el mundo, pero sí se acabaría ese mito apocalíptico.

Escribíamos que la lectura de la Biblia debe ayudar a comprender mejor el avance de la ciencia, y que el avance de la ciencia debe ayudar a entender mejor los conceptos de una Biblia escrita hace miles de años, bajo criterios distintos a los actuales, por personas de culturas y conocimientos distintos a los actuales, y que su gran valor está en que sigue siendo el libro más leído y más respetado, y donde quienes hacemos ciencias encontramos muchas respuestas a muchos conceptos que antes eran asumidos por simple fe, y donde quienes predican la fe están en el deber de auxiliarse de las ciencias para fortalecer la fe.

En ese entonces fuimos satanizados por fanáticos y por predicadores que nos acusaron de tergiversar la Biblia, pues ellos creían que sí habría un Apocalipsis el 21 de diciembre de 2012, Apocalipsis que nunca ocurrió.

Ahora, el pasado lunes, el Papa Francisco, al disertar en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, dijo que “La teoría del Big Bang y la evolución de la naturaleza no contradicen la intervención de Dios como Creador”, señalando que “Cuando leemos en el Génesis el relato de la creación, creemos imaginar que Dios es un mago, que con una varita mágica ha hecho todas las cosas. Pero no es así. Él ha creado a los seres y les ha dejado desarrollarse según las leyes internas que dio a cada uno, para que alcancen su propio desarrollo.”

Dijo que “La creación ha proseguido su marcha por siglos y siglos, milenios y milenios, hasta que se ha convertido en lo que hoy conocemos; exactamente porque Dios no es un mago sino el Creador que da el ser a todas las cosas”.
Esperamos que los fanáticos que nos crucificaron en el 2011, ahora no hagan lo mismo con el Papa Francisco, por decir las mismas verdades que escribimos en ese entonces. l

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