Baní. Residentes en Villa Majega y Pueblo Nuevo aseguran que los tiroteos por el control de puntos de drogas mantienen en zozobra a esos sectores, mientras muchos se abstienen de opinar por temor a represalias.
El hecho más reciente se produjo el pasado martes, cuando tres niños que regresaban de la escuela estuvieron a punto de morir baleados. De este suceso, la Policía culpa a varios sujetos que se disputan a tiros la supremacía del negocio de compra y venta de estupefacientes en esas localidades.
Del grupo que escenificó el pleito a balazos, solamente fue apresado Junior Antonio Germán Avalo, de 25 años. Este hombre vive en el barrio Pueblo Nuevo, de donde es la pandilla que enfrentó a sus rivales de Villa Majega. La Policía de Baní dice que cuando fueron a capturarlo, Germán Avalo recibió con balazos a los componentes de la patrulla.
El vocero policial, teniente coronel Antonio Calvo Pérez, dijo que el supuesto pandillero recibió un tiro en el fémur izquierdo.
Supuestamente, cuando lo hirieron, Germán Avalo tenía en su poder un arma de fabricación casera. La Policía señala al prófugo Juan Alberto Peña Bautista (El po) como el líder de la banda de narcotraficantes en Pueblo Nuevo.
Otros que se encuentran prófugos son unos tales Anyelo, Tairon y Luis Maravilla. Tendrán que responder ante las autoridades judiciales por las heridas de perdigones que recibieron tres infantes de 7, 9 y 11 años, y dos adultos que se vieron en medio del fuego cruzado. En estos sectores, quienes se atreven a hablar, aseguran que las refriegas son frecuentes y que se producen a cualquier hora del día y la noche.
Cristina Pérez, madre de los niños que resultaron heridos, solo pide que la Policía atrape a todos los que pusieron en peligro la vida de sus hijos. “Que los agarren y los sometan a la Justicia, porque de lo contrario van a seguir haciendo lo mismo”, expresa Pérez mientras salía del hospital Nuestra Señora de Regla, en compañía de los pequeños.
En este centro asistencial inicialmente fueron atendidos los dos hombres heridos, quienes luego fueron transferidos al traumatológico Darío Contreras, en la capital.
