Como era de esperarse, ayer las lluvias de Chantal habían provocado el desplazamiento de sus hogares a lugares seguros a siete mil personas, lo que suele ocurrir cuando pasan fenómenos atmosféricos sobre la isla.
¿Quiénes son los desplazados? Ya en el imaginario popular la palabra “desplazado” no dice nada. La rutina los ha deshumanizado, especialmente cuando quedan convertidos en las cifras de los reportes del Centro de Operaciones de Emergencias (COE). No tienen rostros, pero son los mismos infelices que viven a las orillas de los ríos, en zonas bajas o vulnerables a los aguaceros. Son aquellos que se alojan en unos cuantos metros cubiertos por cartones, hojas de zinc, desperdicios de madera y rodeados de otros desechos que suelen ser los medios que los exponen a enfermedades.
En una palabra, tormentas como Chantal desnudan nuestra pobreza, la lastimosa situación en que sobrevive más del 30 por ciento de los dominicanos, entre ellos, alrededor de 10 por ciento en condiciones extremas. Ese es el drama en zonas críticas urbanas y rurales. Pero habría que agregar a aquellas familias que si bien no ven sus casas inundarse cuando pasa una tormenta, ven desechos sus sueños y esperanzas, que son sus cultivos, porque no se buscan soluciones a los factores que las generan, como la construcción de algunas obras de infraestructura.
El Estado y sus instituciones despliegan toda su capacidad de respuesta cuando ocurren estos hechos que desnudan esas realidades. Los rescatan, bajan las aguas, tratan de evitar las secuelas más graves, pero se mantienen las causas profundas.
Es tiempo de que la Administración impulse programas serios de mejoría de la calidad de vida de esta gente. Serios no sólo en su formulación, sino en el nivel de priorización, que sean parte de una meta como la prevista de reducir la pobreza crítica a sólo un 5.4% en 2015 y persistir en disminuir la pobreza en general, que tiene tanto impacto colateral en la seguridad pública, en la asistencia médica, en los programas escolares, en la gobernabilidad de la Nación.