Pollos y suficiencia alimentaria

Del estado de irritación colectiva provocado por la abrupta decisión haitiana de implantar una prohibición a los huevos y pollos dominicanos, conviene ahora encarar el problema desde una perspectiva nacional.Es más que obvio que siempre…

Del estado de irritación colectiva provocado por la abrupta decisión haitiana de implantar una prohibición a los huevos y pollos dominicanos, conviene ahora encarar el problema desde una perspectiva nacional.

Es más que obvio que siempre será mejor negocio colocar la producción local en un mercado externo cercano, sin muchos requisitos de embalaje, como refrigeración, tiempo de entrega y todo lo que implica atravesar un océano con un producto perecedero. Pero la vida se nutre de realidades y lo que procede es actuar.

Afortunadamente, los productores han tenido un magnífico acompañamiento, como debe ser, de un Estado protector, frente a un Estado díscolo e incierto, que recurre a las mentiras, sin considerar los costos diplomáticos e incluso políticos, internos y externos.

Ese acompañamiento no se ha limitado a la defensa de los intereses de los productores, sino que ahora los asiste para compensar las pérdidas por el abrupto cierre del mercado. El ministro de Agricultura asegura la compra de 500 mil gallinas ponedoras que irían a los programas sociales. Asimismo, trabajaría para estabilizar el mercado interno de pollos y huevos.

Luce bonito un manifiesto interés del gobierno en promover una campaña masiva para estimular el consumo de huevos y además trabajar en la búsqueda de nuevos mercados. Parece un discurso consolador en un momento necesario. Pero de eso se trata.

Del conflicto, al menos debe quedar una satisfacción para el sector avícola: la extraordinaria capacidad instalada para cubrir las necesidades nacionales, atender la demanda del turismo y suplir el mercado haitiano. Eso es muy bueno, lo que habla muy bien de la fuerza de la economía agropecuaria dominicana, el papel de los poderes públicos y la vitalidad de los dominicanos en general.

Lo ocurrido nos está mostrando también que nos aproximamos a la añorada suficiencia alimentaria. En ese sentido, sería conveniente una convocatoria del Consejo Nacional de Agricultura para analizar la situación y revisar las políticas sectoriales. Habría que considerar la demanda interna y las oportunidades de los demás mercados de la región, con énfasis en el Caribe.

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