Por una nación moral, sana y estable

Esta semana, un grupo de más de 600 iglesias, entre las que se encuentra la Iglesia Cristiana Palabras de Vida, en la cual me congrego, emitió un comunicado a la nación llamando la atención ante la crisis moral que nos afecta y ante una serie…

Esta semana, un grupo de más de 600 iglesias, entre las que se encuentra la Iglesia Cristiana Palabras de Vida, en la cual me congrego, emitió un comunicado a la nación llamando la atención ante la crisis moral que nos afecta y ante una serie de acontecimientos lesivos a nuestra idiosincracia, nuestras costumbres y nuestras tradiciones como pueblo. A continuación me permito resumir los principales planteamientos de ese histórico y valiente comunicado:
“Las naciones del mundo, incluyendo la nuestra, han venido experimentando un deterioro moral de la sociedad y de sus instituciones, incluyendo la más elemental de todas, la familia. …Las bases que sustentan toda civilización han venido siendo erosionadas. Ese desgaste ético no obedece simplemente al paso de los años porque, como sabemos, el tiempo no tiene poder sobre los valores del hombre y la mujer. Lamentablemente grupos sin el conocimiento necesario de cómo se sustenta una nación han estado programando e infiltrando una agenda anti-valores… y hoy estamos cosechando lo que hemos sembrado, unos por comisión y otros por omisión.

Unas breves estadísticas nos serán suficientes, para establecer nuestro punto: En Estados Unidos, el suicidio es la tercera causa de muerte en personas de 15 a 24 años de edad, según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH). El Instituto Nacional de Abuso de Drogas (National Institute on Drug Abuse), reporta que esa nación es el mayor consumidor de cocaína y marihuana (…).

Más de 56 millones de abortos de niños indefensos (sí, millones) han sido practicados en aquella nación desde que aprobaron el aborto en 1973. Las naciones más avanzadas podrán tener las mejores tecnologías, pero hoy cosechan algunas de las peores consecuencias sociales, morales y emocionales. El hecho de que otras naciones quieran ser arrastradas hacia el precipicio moral no les da razón ni derecho para pretender arrastrarnos a nosotros en su caída.

Hace apenas unos días (junio 26) la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, redefinió el matrimonio de manera que las parejas de un mismo sexo puedan contraer matrimonio. Por su parte el presidente Barack Obama ha estado felicitando a diferentes personas y sectores por sus victorias en la aprobación de leyes a favor de la unión homosexual y ha designado de manera simultánea varios embajadores alrededor del mundo, conocidos por ser activistas homosexuales, lo que ha despertado grandes interrogantes y preocupaciones en la gran mayoría de la población dominicana que no aprueba tales iniciativas por violar nuestros valores cristianos, culturales y tradicionales.

Si bien es cierto que cada individuo tiene el derecho de elegir el estilo de vida que quiera abrazar, no es menos cierto que cada ciudadano de esta nación tiene el derecho de rechazar valores y costumbres contrarios a nuestra moral nacional, pero sobre todo valores y prácticas que en otras latitudes han causado estragos. ¿Por qué repetir sus errores? No queremos seguir el mismo curso y tampoco estamos obligados”.

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