El estudio filosófico básico enseña que la solución del llamado “problema fundamental” esclarece todos los demás problemas filosóficos. Este se plantea en si la realidad -el mundo y todo lo que vemos- es de factura idealista (Dios) o materialista. Tan pronto damos respuesta a la cuestión, configuramos nuestra cosmovisión general. El problema del “problema filosófico fundamental” es su alta complejidad, resolverlo esboza una corriente ideológica irreconciliable con la otra. Esa separación se manifiesta en la vida diaria con posturas conservadoras y liberales como las que han surgido alrededor de “Esperancita”, la menor embarazada y leucémica. Y ella y sus familiares sólo luchando por vivir, quizá muy ajenos a disquisiciones filosóficas. l

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