A mediados de los años ochenta en la región Sur se desarrolló un movimiento interesante en el sector agropecuario dirigido por promotores sociales agrupados en el Centro de Formación de Cabral, liderado en ese entonces por el hoy fallecido sacerdote Gerardo Rogmans. Se trataba de poner en mano de los productores herramientas para la conciencia de modo que puedan dedicarse a cultivar sus predios o criar sus animales para mejorar sus condiciones de vida, porque en la medida que esto sucedía mejoraban sus ingresos económicos y por tanto se elevaban sus niveles de vida. La estrategia tuvo excelentes resultados en uno de sus principales componentes: “Elevar la producción”. Pero cuando se trató de convertir esa producción en dinero, entonces vino el problema, su colocación en los mercados, retornando la desilusión entre ellos; y recuerdo un encuentro educativo que se hizo, con el título “Nos esforzamos para producir y cuando producimos no ganamos”, tratando de encontrar la fórmula para llegar al éxito.
Me llega esto al recuerdo por una preocupación reciente externada por el empresario de productos lácteos Ángel Rondón y la directora de la Asociación de Industrias (AIRD), Circe Almánzar que, aunque guardando la distancia, sienten similar dificultad para colocar su producción en el mercado producto de una competencia desigual con la importación de alimentos derivados de la leche.
Rondón y Almánzar sienten la carga más pesadas, porque muchos de esos productos son subsidiados en sus países de origen, siendo traídos a menor precio a nuestros mercados. Amén del mito que tiene la población que cree que los productos extranjeros tienen más calidad que los criollos. Se necesita entonces una acción estatal que no sólo estimule la producción local sino su consumo en nuestra población. Es obvio que este apoyo redundará en beneficio de nuestra economía, pues generará más empleos en nuestros campos y ciudades e intensificará el uso de circulante entre nuestros ciudadanos. Ojalá que las autoridades presten atención a esta preocupación de Rondón y Almánzar, para que los dominicanos podamos producir y ganar. l
