Profamilia dice contribuyó a evitar población de RD llegara a 14 millones

“El mejor aporte es que hemos ayudado a cambiar la vida de millones de mujeres y hombres”. Eso y el haber roto el paradigma de poder hablar en la sociedad dominicana sobre sexualidad abiertamente sin los tapujos de antaño, son dos de los logros&#8230

“El mejor aporte es que hemos ayudado a cambiar la vida de millones de mujeres y hombres”. Eso y el haber roto el paradigma de poder hablar en la sociedad dominicana sobre sexualidad abiertamente sin los tapujos de antaño, son dos de los logros mayores que a juicio de Magaly Caram, directora ejecutiva de Profamilia, ha logrado la institución, que este 2016 cumple 50 años de servicios ininterrumpidos y que lo hace con una diversificación de servicios de salud que van más allá de la anticoncepción.

“Cuando comenzamos en el país se desconocía todo lo relativo a la anticoncepción, la planificación de la familia, la sexualidad. Los derechos sexuales era un tema desconocido. ¿Qué es eso?, nos preguntaban cuando íbamos por los barrios y les preguntábamos a las personas si conocían los métodos de anticoncepción”, detalla.

Como ejemplo del papel jugado en la planificación familiar por Profamilia y ministerios como Salud Pública y otras instituciones privadas, Caram indica que, de acuerdo a datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), de no haberse aplicado las políticas anticonceptivas en estos 50 años, la población de la República Dominicana fuera ahora de unos 14 millones. Señala que la tasa de nacimientos era de 6.5 y ha bajado a 2.5 por familia.

Al hablar de los inicios, Caram, quien comenzó en Profamilia como promotora, se le humedecen e iluminan los ojos y una sonrisa de satisfacción no abandona su rostro durante toda la conversación, en la que relató cómo surgió la institución y se transformó en lo que es ahora: una red de clínicas que ofrece todo tipo de servicios de salud a personas de escasos recursos, donde no solamente se acude para obtener tratamientos y métodos de anticoncepción, sino también cualquier tipo de consultas, las que abarcan desde pediatría, cardiología, hasta otorrinolaringología.

Relata que en sus comienzos, en ese tiempo tenían un pequeño consultorio en Los Mina, donde operaban con ciertas precariedades, y que luego el Hospital Moscoso Puello les cedió un espacio en su centro. Ahí comenzó el crecimiento, que se fue dando de manera paulatina. “Y poco a poco comenzó (Profamilia) a ser aceptada por la comunidad. Iban de todas partes de la ciudad y fue abriéndose camino”, comenta.

Corría los años 1967 y 1968 y para ese tiempo, agrega, se realizó una cumbre de salud en Chile y producto de la participación en ella de una delegación dominicana el gobierno del ahora extinto Joaquín Balaguer instruyó a los miembros de Profamilia y al Consejo Nacional de Población, entidad que creó, a que se convirtieran en capacitadores de todos los prestadores del sistema de salud. “Y ese rol lo desempeñamos por más de dos años, todos los médicos, ginecólogos y prestadores pasaron por nuestras manos, y ahí comenzó la semilla a germinar y los servicios a ofrecerse”, rememora.

Luego de eso, añade, Profamilia comenzó con un programa comunitario de educación y producto de ello empezó a recibir financiamiento de organismos internacionales que se dedicaban a luchar por los derechos sexuales de las personas y a promover los métodos de anticoncepción. “Y fue ahí cuando prácticamente Profamilia peinó todo el país, íbamos pueblo por pueblo y le proyectábamos unas películas que ahora no nos atreveríamos y se les explicaba sobre los servicios de salud”, dice Caram con el rostro iluminado al hablar de cómo la entidad en la que lleva 36 años como directora ejecutiva dio sus primeros pasos para convertirse hoy en una de las opciones más asequibles para la población de escasos recursos.

“Después creamos el programa de promotoras populares, que fue un equipo de 15 promotoras en igual número de provincias que fue buscando distribuidoras en la comunidad y fue ampliándose, llegamos a tener casi 900 promotoras”, detalla.

Sus orígenes

Profamilia, organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro, fue fundada el 14 de marzo de 1966 por el pastor Donald Dodd y el reverendo Alejandro Figueroa. En la actualidad recibe 14 millones de pesos anuales de parte del Gobierno, a través del Ministerio de Salud Pública, dinero que es usado “básicamente en prestaciones de servicios gratis en personas que no pueden pagar, que es lo que se llama población vulnerable”, resalta Caram.

Añade que, pese a que el dinero asignado es poco, equivalente a menos del 1% del presupuesto de la institución, llegar a ese monto le tomó muchos años de gestiones. La primera partida recibida le fue otorgada por valor de 800 mil pesos anuales y se le entregó en la primera gestión de la actual ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino, a la sazón titular de la cartera que en ese tiempo tenía el rango de secretaría. Mientras, para subsistir, Profamilia recibía ayuda de organizaciones vinculadas a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y de la Federación Internacional de Planificación de la Familia.

Pero al pasar los años y ver los frutos positivos que se habían logrado en el país, esos recursos les fueron cortados y fue entonces que la entidad optó por vender sus servicios a un precio más económico que en el mercado normal, aclara Caram.

“Empezamos a vender los servicios a precios subsidiados, por ejemplo, el anticonceptivo que antes era regalado empezamos a cobrar 25 centavos por él, el preservativo lo vendíamos a cinco centavos. Ahora lo vendemos todos”, explica.

Los anticonceptivos

Los métodos de anticoncepción que ofertan son: los hormonales, como son los inyectables de tres meses y los mensuales; los orales, que incluyen pastillas diarias; los de barreras, como el condón y los métodos intrauterinos como el DIU de cobre y el SIU, que es hormonal. Entre los hormonales también están los implantes y la vasectomía en los hombres y la esterilización femenina, como procesos permanentes.

“Por ejemplo, el DIU puede costar en el mercado entre RD$3,000 y RD$6,000 y en Profamilia lo colocamos a 1,050 pesos. En el caso del implante sub-térmico lo tenemos a RD$3,000. Los productos siempre están a un precio más económico aquí”, señala Ramón Soriano, gerente de Operación de la Clínica Evangelista Rodríguez y quien tiene 30 años laborando en Profamilia, donde inició como mensajero.

Clínicas y servicios que ofrece Profamilia

En la actualidad, Profamilia tiene seis clínicas, dos de ellas en Santiago: la Rosa Cisneros (que es la más grande de todas) y el Centro de Atención Primaria (CAP Camboya; la Evangelina Rodríguez, que está en la avenida Nicolás de Ovando; una en Herrera, en Santo Domingo Oeste; una en Monte Plata, una en San Francisco de Macorís y próximamente abrirán otra en San Cristóbal. Adicional a esto, la institución ofrece servicios en una unidad móvil totalmente equipada que recorre el país, sobre todo en las áreas más necesitadas, como son bateyes y zonas de extremas pobreza.

Los servicios de salud abarcan desde Oncología: ginecología, infertilidad, menopausia, otorrinolaringología, obstetricia, planificación familiar, atención a personas viviendo con VIH/Sida, violencia intrafamiliar, cardiología, urología, endocrinología, gastroenterología, prevención de cáncer cérvico–uterino, de seno y próstata, diagnóstico y tratamiento de infecciones de transmisión sexual.

En diagnósticos especializados tienen: biopsias, sonografía, mamografía, colposcopía, laparoscopía, rayos X, electrocardiograma, ecocardiograma, endoscopía, laparoscopía diagnóstica. También hospitalización y partos (Clínica doctora Rosa Cisneros, Santiago), cirugía general, criocauterización, odontología y quimioterapia.

En relación a la niñez, Profamilia ofrece, además de las consultas, vacunación, nutrición y seguimiento al crecimiento y desarrollo. “Las consultas oscilan entre los RD$400 y RD$1,000, a parte de que aceptados la mayoría de los seguros, en cuyo caso el co-pago es de RD$100 por la atención”, detalla Soriano, quien indica que trabajan con las aseguradoras Humano, Palic, Senasa Contributivo, Futuro y Universal.

La afluencia de público, dijo Soriano, es constante y solo en la Evangelina Rodríguez reciben alrededor de 470 personas diarias.

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