A propósito de libros de textos (1 de II) De manera recurrente (anual)

participamos de un debate en torno a los textos escolares. Los participantes se centran en lo que representa su adquisición para el presupuesto familiar. Sin embargo, es un problema que tiene muchas miradas, las cuales deben tomarse en…

participamos de un debate en torno a los textos escolares. Los participantes se centran en lo que representa su adquisición para el presupuesto familiar.

Sin embargo, es un problema que tiene muchas miradas, las cuales deben tomarse en cuenta de manera conjunta: La del Ministerio de Educación como organismo que traza las políticas educativas del país, y que debe velar por su cumplimiento.

La de los padres, madres y tutores que tienen expectativas acerca del centro educativo que seleccionaron en busca de lo mejor para sus hijos y que quieren responder con las requisiciones que les hace para la mejor formación.

La de los directores y/o propietarios de escuelas privadas (no es una discusión de centros públicos), quienes tienen la primacía en la decisión de adoptar un libro de texto.

La de las editoras, que como empresas detectan -o crean- necesidades, elaboran los textos y los mercadean entre sus clientes. La de los estudiantes, que tienen que acatar las decisiones y ordenanzas que en torno a ellos emiten los demás actores del sistema. Para ellos, el problema de los libros de texto es que deben estudiarlos para “aprobar exámenes”.

La de los medios de comunicación, que recogen las opiniones de todos y las divulgan. Por ultimo, la mirada del maestro o maestra que planifica sus clases con ellos y asigna su uso a los estudiantes, en aula o en sus casas. A esta es que quiero referirme, como educadora.

¿Para qué sirven los libros de texto? El libro sigue siendo el recurso más utilizado para el proceso enseñanza-aprendizaje. Últimamente, con los avances tecnológicos, se utiliza cada vez más de manera digital; donde se hace un esfuerzo porque su lectura se parezca a su uso físico, en papel (marcar, hacer anotaciones, llevarlo consigo…).

Lo usamos para consulta o como texto. Adoptarlo como texto implica haber hecho un análisis de contenido y constatar que responde a la mayoría de los contemplados en la asignatura y grado a enseñar; también se verifican los valores y actitudes que propicia, así como la estructura que se le da a esos contenidos. l

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