El Salón de la Fama anunció que impartirá charlas sobre el consumo de esteroides y sustancias prohibidas este mismo año.
Hasta ahí va bien.
Donde lo dañan es cuando pretenden vender el absurdo de que dicha iniciativa en nada marca una línea de la institución contra esos productos y quienes los han consumido en sus respectivas carreras en las Mayores.
Por coincidencia, este año los votantes del templo sagrado tendrán que considerar a nada más y nada menos que Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa, tres personajes vinculados a los químicos en el béisbol. Si los metamensajes existen, entonces este es uno de los más claros y directos que han existido en la historia de la sicología de la comunicación.
Su presidente, Jeff Idelson, tiene el valor espartano de negar en público que la idea condiciona a los electores con el referido tema. Estamos hablando del mismo grupo de electores que tiene fuera de la inmortalidad a Mark McGwire (500 jonrones), Rafael Palmeiro (3,000 hits) por el mismo inconveniente que ahora es su punta de lanza en una campaña “educacional”.
Si hasta el momento esos jugadores han cogido más lucha que un sediento en el Sáhara para entrar a Cooperstown, en una postura que hasta cierto punto raya en lo injusto porque se han cometido injusticias con otros jugadores, como es el caso de Jeff Bagwell, quien ha sido castigado sin razón, al menos eso entiendo.
Leyendo a Idelson me llegó a la mente una canción de Ricardo Arjona con un contenido dedicado a la ironía. “Como querer bajar a pedradas una estrella fugaz”, dice al comienzo. “Como querer encontrar un humano sin antifaz, como decir que Hitler murió en paz y que el Guasón jamás uso un disfraz”.
Mejor que haga unos cuentos de vaqueros. Serían más fáciles de creer.
Apunte esto
Conversamos brevemente ayer con Nelson Cruz, a quien felicitamos por su nuevo contrato… Dalvert Polanco tiene motivos para celebrar por un buen rato tras las coronas rojas… Duaro Salcedo y Arnaldo Pacheco no se dan por nadie con el Heat de Miami… Son seguidores LeBron James.
