Lo que no quisiera oír, ni ver

Cada vez que comienza un nuevo año, casi todas las personas se plantean nuevas metas y retos. La gente parece renovar sus energías tras…

Cada vez que comienza un nuevo año, casi todas las personas se plantean nuevas metas y retos. La gente parece renovar sus energías tras el inicio de un año nuevo. Las promesas están a la orden del día. Algo que también hemos aprendido los seres humanos es agradecer aun por las cosas que no hemos podido lograr y retomar las fuerzas para esta vez, sí poder lograrlo. En lo personal espero poder ser feliz, feliz con lo que hoy tengo y con lo que soy, espero que todo el que amo goce de salud y bienestar, que mis seres queridos y yo gocemos de salud, es lo más importante, lo demás, vendrá por añadidura. Este deseo es extensivo para todo el que me rodea, quisiera que la gente se ocupara más de su vida y sus cosas, que de la vida y las cosas de los demás.

Fuera de todo eso, lo que más deseo es no volver a enterarme del sufrimiento de ningún niño. No quiero volver a escuchar que un infante padece de cáncer, que cada vez más niños dejan de asistir a la escuela por falta de recursos económicos. No quiero escuchar más informaciones sobre ningún tipo de abuso infantil, no quiero que nadie me diga que encontraron a un recién nacido muerto en un basurero, porque su madre, de la que solo esperaba protección y amor, lo mató al nacer. Dios no permita que vuelva a escuchar que alguien, menor o adulto, familiar o extraño, abusó sexualmente de un niño o una niña. No quisiera que en nuestro país, ni en ningún país del mundo, ningún niño sufra desnutrición, ni que tenga que abandonar sus juguetes para salir a las calles a buscar el sustento de su familia, que es obligación de sus irresponsables padres. No quiero ver ningún niño o niña pidiendo en las calles, más aun si sé que escondidos, unos pocos metros adelante, se encuentra su padre o el otro sinvergüenza que se lo alquiló a sus progenitores con estos fines. Los niños son la luz del mundo, la presencia de Dios en la tierra. Son ellos lo único inocente y puro que existe, cuando alguien los maltrata, los abusa y los mata, está apagando esa luz, rechaza la presencia divina. Con su maldad, estos desalmados lo oscurecen todo. Por suerte he aprendido a mantener la fe hasta en los momentos más difíciles. Este es mi sueño para 2013, y sé que es el sueño de muchos en el mundo.

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