Mi familia y yo siempre le vemos, escuchamos y leemos. Este es mi caso: tengo 27 años de edad y a los 21 me casé con este hombre con quien desde el noviazgo he venido arrastrando una serie de dificultades. Él es muy desordenado y yo perfeccionista, él vive en las nubes y yo soy más realista; no tiene un trabajo bueno, y todo el que me ve con él me pregunta, «Fulana, ¿y qué tú haces con ese elemento?». Mi familia no lo quiere, sexualmente duramos hasta un mes sin tener relaciones porque yo no quiero y le invento cualquier excusa. Sé que él no tiene metas y por tal razón tampoco futuro; es muy conformista. El problema es que cuando me dice que me quiere, que yo soy su vida, que sin mí la suya no tiene sentido, yo como que me nublo. Entonces es ahí donde no le puedo decir con un megáfono: “¡Sal de mi vida! Quizá es porque siento la obligación de ayudarle, pero por otro lado siento como un miedo profundo a lo que él pueda hacerme si le digo que no. La verdad no sé qué me amarra a este hombre y cuánto pueda durar esta situación. En estos momentos tenemos un mes separados y yo estoy más tranquila, pero él insiste en que vuelva con él y yo le he dado esperanzas por miedo a que me haga daño, recordando que estamos en el país en que una no le puede decir no a los hombres.
FULANITA
Querida: Esa creencia de que el “No” está prohibido está mal, pues tienes todo el derecho de no querer seguir con alguien y el miedo no debe ser el motivo por el que sigas en la relación. Pienso que estás cometiendo un error si regresas con alguien por culpa, pena o temor.
El matrimonio necesita admiración, respeto, compromiso y en tu carta no siento nada de eso. Apóyate en tus seres queridos y busca tu felicidad, créeme, con el tiempo él te lo agradecerá, porque nadie quiere estar con otra persona forzado.
