Rafael Barreiro, en memoria

Lo conocí en el año 1958 cuando yo laboraba junto a su socio el arquitecto Ángel Cheaz en la sección de Diseño de la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones, época de gratísimos recuerdos para mí por los apreciados compañeros&#8

Lo conocí en el año 1958 cuando yo laboraba junto a su socio el arquitecto Ángel Cheaz en la sección de Diseño de la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones, época de gratísimos recuerdos para mí por los apreciados compañeros y compañeras que traté. Rafael Barreiro iba por lo menos una vez a la semana a conversar con el arquitecto Cheaz para hablar de los trabajos que él ejecutaba para su socio, puesto que por razones de enemistad de su padre con el régimen de Trujillo a éste le habían quitado el exequátur y él no podía firmar ningún plano; entonces, ofrecía sus servicios profesionales asociado con el mencionado arquitecto.

No he conocido en las labores profesionales a nadie con la capacidad de trabajo de él, y que además reuniera rasgos de nobleza tan especiales. Luego le traté ampliamente cuando yo inicié los trabajos de hormigonado y él trabajaba para los ingenieros Hernández & Mondesí, uno de los brazos constructores del bien llamado “El Presidente constructor”, el doctor Joaquín Balaguer.

Fue accionista importante en varias de las empresas del grupo que me tocó encabezar, nunca jamás tuve con él el más mínimo roce ni desavenencia.

No puedo menos que ante esta sensible pérdida expresar mi más sentida muestra de condolencia a sus familiares, a sabiendas de que el Señor lo habrá acogido en un lugar especial donde solo se acogen los ejemplos.

«Rafael Barreiro iba por lo menos una vez a la semana a conversar con el arquitecto Cheaz para hablar de los trabajos que él ejecutaba para su socio, a quien le habían quitado el exequátur durante la dictadora de Trujillo”.

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