Raquel Paiewonsky como La reina de corazones

Raquel es una de esas artistas plásticas dominicanas que logrado hacerse sentir. Su trabajo es crear usando la pintura, instalaciones, esculturas y la fotografía, llevando su trabajo a varios escenarios nacionales e…

Raquel es una de esas artistas plásticas dominicanas que logrado hacerse sentir. Su trabajo es crear usando la pintura, instalaciones, esculturas y la fotografía, llevando su trabajo a varios escenarios nacionales e internacionales.

Y si usted escuchó decir por ahí, mil veces o quizás más, que a todo hay que ponerle amor, pues ella realmente lo cree: “es importante hacer las cosas con esmero”, dice. Y tiene sentido. Solo imagínese haciendo las cosas sin dejar puesto allí el corazón. Por otro lado, no es posible que ponga amor a las cosas sin antes darse un poco a sí mismo y esto también lo sabe Raquel, por ello está al frente de una tienda en la que oferta productos naturales alimenticios y de cuidado personal.

Y aquí la tienen. Vestida de la reina de corazones más famosa; la de Alicia en el País de las Maravillas, pero ella no tiene ánimos de cortarle la cabeza a nadie, pero sí de hacerlas reaccionar.

Este personaje es poco tolerante. ¿Existe algo que te haga perder la cabeza? Aunque a través de los años he aprendido a ser paciente y respirar profundo manteniendo la calma en momentos de frustración, debo admitir que hay cosas que me ponen a prueba. Una de ellas es cuando las cosas se hacen sin amor, con descuido y por salir del paso. Creo que todo lo que hacemos es mejor, más efectivo, estimulante y disfrutable si lo hacemos con dedicación y cariño. Desde un plato de comida hasta una gran obra, es importante hacerlo con esmero.

 

Dos pasatiempos tiene la reina: jugar al croquet y mandar a cortar cabezas, Si el arte es tu oficio, ¿Cuál es tu pasatiempo? ¿Qué cosas hace por simple placer? Me encanta cocinar y comer. También hacer yoga y estar en la naturaleza que es mi recarga natural. Pero mi mayor placer es compartir todo esto con mis tres hombres: Moises, Adriano y Ariel.

 

Todos en el País de las Maravillas temen a la reina. A tu juicio, ¿De qué o quién debe sentir temor el dominicano? El miedo no es una emoción positiva y es justo ahí donde creo que como nación debemos afinarnos. Tememos a nuestro propio potencial. Como dominicanos no creemos lo suficiente en nuestras fortalezas y capacidades. Somos un pais de gente buena, vital y creativa pero no nos vemos así, nos enfocamos en lo negativo que sucede a nuestro alrededor, lo que no nos permite avanzar. Debemos aprender a apreciar quiénes somos como gente y a defender nuestra tierra, nuestros tesoros y nuestra cultura con fervor. Necesitamos educarnos para así comprender nuestra historia y desde alli poder construir nuestro futuro.

Aunque muchos son los condenados, pocos llegan a ser decapitados gracias al rey que los indulta. ¿Quién funge como “aterrizador” o soporte en tus momentos de crisis? ¡Mi querido Moisés! Una especie de angel guardian posmoderno que me cuida, me escucha y me acompaña en todo momento pero que sobretodo ha sido el mayor apoyo que jamás he tenido. Siempre abierto, listo para la acción, dispuesto a ayudar y capaz de comprender de qué se trata lo que hace más de 20 años hago, cada día a pesar de los obstáculos. Ese es mi marido ¡en todo el sentido de la palabra! Junto con mis dos hijos son mi magnifico nido de amor.

 

¡Se han perdido las tartas que preparó la reina para el verano! ¿Qué perdiste tú? La vesícula.

 

En este cuento hay una contradicción. La reina es malvada y gobierna “El país de las Maravillas. ¿Qué piensas de ello? ¿Algún parecido con la realidad? Bueno…es una analogía muy lamentable y que francamente me entristece cuando pienso en ello. Esta claro que hace tiempo no estamos en buenas manos y que los principales intereses de nuestros gobernates no son los nuestros ni los de nuestra nación, pero me llena de esperanza saber que tenemos un enorme potencial y un pais que es una verdadera maravilla. Tenemos grandes riquezas: una naturaleza poderosa y deslumbrante; una gran calidad humana; un patrimonio cultural diverso y aun rescatable, y un futuro en el que todo esto puede prosperar si reclamamos nuestro derecho a ser gobernados con integridad.

 

 

¿La mayoría de los habitantes del país de las maravillas están locos. ¿Será que obviando la realidad se puede ser feliz?

Yo diría como dijo el padre de Alicia: la locura es parte de todas las mejores personas.

Vivimos en una sociedad heterogenea y excluyente. Con frecuencia me horrorizo de escuchar hasta niños haciendo comentarios cargados de prejuicios sexistas o raciales, cosa que obviamente absorben desde sus hogares. Romper los esquemas preestablecidos y las recetas generalizantes para la vida requiere de valentía y creatividad, esto aveces es percibido como locura…

No creo que obviar la realidad nos haga mas felices pero definitivamente intentar transformarla si nos abre esas puertas.

 ¿Cómo sería tu “país de las maravillas”?

Un lugar amplio, verde, cálido, donde la modernidad sea constructiva y no destructiva; donde lo urbano siempre tenga asomos de ruralidad y nuestra comida venga más del huerto que del súper. Un lugar de gente amorosa, con un sentido estético simple y cautivador donde la vida sea respetada en todas sus manifestaciones y nuestras diferencias sean vistas como oportunidades. Un lugar divertido donde la felicidad sea una prioridad y la economia no tanto.

Donde la música y el arte puedan expresarse como esa parte intrínseca de la vida que son y los medios de transporte no nos arruinen el aire y el ánimo. Un lugar donde nuestra motivación de vivir, construir, transformar y ayudar siempre esten de manifiesto.

Raquel Paiewonsky: “Romper los esquemas preestablecidos y las recetas generales para la vida requiere de valentía y creatividad”. 

Diálogo Imaginario

Un momento, recapacite. ¡Alguien que haga entrar en razón a la reina de corazones! Anda queriendo cortar cabezas, «¡que rueden!», se le escucha decir. Y, despavoridos, corren los súbditos, a los que nos les queda más remedio que acatarse a las órdenes del poder aristocrático y contradictorio que les gobierna.

Porque sí, la reina no tiene paciencia, no es consecuente ni considerada, y no perdona. ¡Pero es la reina de corazones!,  ese órgano que representa el amor. ¡Ah! Pero recuerden:  el «corazón» del humano, lamentablemente, también guarda sentimientos negativos: La envidia, la intolerancia, la falta de compasión, el egoísmo…  ¡Shh! Silencio, la reina se acerca. No den motivos para provocar su ira. Están erguidos, que todo se encuentre en orden.

¿Y el campo? ¿Está listo para jugar croquet? Y tú, competidor asignado, dejadle ganar. Guarda para mucho después tu ego, tu orgullo, tu inteligencia, sólo te servirán si has renunciado a la vida, si crees que es tiempo de partir. A menos que logres ver antes al rey y consigas un indulto, el perdón. Shh… silencio, que viene la reina. 

Texto y coordinación: Glenys González

Fotos: Franklin Marte

Manejo digital: Glennys Crisóstomo

Maquillaje y peinado: Cape Ramírez

Vestuario: Confección de María Reyes

Corona: Elaborada por Ivan Mieses. 

 

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