Reapertura a la vida

¿Quién no ha tomado al menos una mala decisión en su vida y se ha arrepentido de ello? Un color de cabello, una ruta alternativa para ir al trabajo, una relación sentimental, un viaje de vacaciones, una carrera o hasta…

¿Quién no ha tomado al menos una mala decisión en su vida y se ha arrepentido de ello? Un color de cabello, una ruta alternativa para ir al trabajo, una relación sentimental, un viaje de vacaciones, una carrera o hasta una película en el cine.

Errar es de humanos y, por suerte, hay una lección que aprender después de cada tropiezo. Sin embargo, hay decisiones que pueden provocar múltiples y serias consecuencias; afectar a terceros y peor aún, no tener solución.

Cuando una mujer decide “prepararse” para no tener más hijos (se atan y luego se cortan las trompas de su útero), tiene solo un 0.8% de probabilidades de quedar embarazada. Este procedimiento es efectivo en un 99.2% de los casos.

Esta intervención conocida en medicina como esterilización quirúrgica, comienza a practicarse en Europa a finales del siglo XIX (1884), según nos cuenta el gineco-obstetra especialista en fertilidad Luis Miguel Escaño. 

La efectividad del método se propaga y se convierte para muchas parejas -o mujeres solteras- en el anticonceptivo ideal. Pero como nada es estático en la vida y el ser humano es por naturaleza inconforme, después de estar preparadas, esas mismas féminas quieren volver a tener hijos o iniciarse como madres, que si es que nunca tuvo uno. Se volvieron a casar o al fin encontraron al hombre de su vida; se sienten estable emocional y económicamente; se dieron cuenta que son importantes los hijos para la estabilidad de su matrimonio, para su felicidad. Hay muchas razones. Y por suerte, los médicos encontraron una alternativa para estas mujeres: la recanalización tubárica o de trompas, o tuboplastia.

Sí, es un alivio. Pero tal como lo advierte el portal Abc del bebé, cuando una mujer decide practicarse una ligadura de trompas, debe pensarlo bien y estar segura de lo que hará. Pues aunque existe un método que revierte el efecto, no hay un 100% de probabilidad de quedar embarazada. Ese llamado también lo hace el doctor Escaño, al observar que desde muy temprana edad (de 25 a 29 años) las mujeres se están ligando sus trompas.

Su preocupación tiene lógica. Reconoce que muchos ginecólogos exageran la extirpación durante la preparación y cortan una gran parte de las trompas, cerrando la posibilidad de reconstruirlas nuevamente y además, lastiman la circulación del ovario, se reciente y se disminuye su vida útil, adelantando el ciclo de climaterio o menopausia.

La única alternativa para concebir pendiente es la fertilización asistida de alta complejidad, o in vitro, una asistencia que todavía no existe a nivel público en el país y que en el sector privado se cotiza sobre los RD$200 mil.

¿Por qué no puedo tener hijos?

El doctor Luis Miguel Escaño recibe diariamente un promedio de 30 mujeres en su consultorio ubicado en la Maternidad La Altagracia, y notó que la segunda causa de asistencia era movida por el deseo de tener hijos y no poder conseguirlo.

A raíz de esta situación, realizó una revisión amplia durante cinco años con 600 pacientes para saber cuál o cuáles eran las causas de infertilidad. La investigación arrojó que en primer lugar se producen por problemas mecánicos, es decir, por la obstrucción del tubo peritonial, que produce daños en la trompa de Falopio y todo su entorno, incluso hasta el útero. A su vez, las causas de esta afección pueden darse por enfermedades de transmisión sexual  (clamidia, gonorrea) que sobrepasan los daños locales, para penetrar en el interior de la vagina y así afectar los órganos internos. La otra razón es la esterilización quirúrgica, que es lo que comúnmente conocemos como la preparación o ligaduras de trompas.

En segundo lugar quedó el aspecto endocrino gonadal, que tiene que ver con la función ovulatoria, y cuando se desregulariza dicho proceso. Esto sucede cuando al postergar la procreación, no así la actividad sexual, por lo que tiene que recurrir a varios métodos anticonceptivos que a la larga -y si se abusa de ellos-, afectan el proceso de ovulación. En suma, Escaño nos recuerda que la etapa crítica de la fertilidad femenina empieza a los 35 años. A partir de entonces los óvulos empiezan a disminuir su cantidad y su calidad. Si la decisión de tener hijos llega a una edad avanzada y con exceso de uso de anticonceptivos, hay menos probabilidad de tener hijos o más de presentar complicaciones durante el embarazo.

Como vemos, la infertilidad es provocada por un mal funcionamiento mecánico o endocrino, siendo la primera mención la causa principal, ya sea por razón infecciosa o por esterilización quirúrgica. Ahora bien, es la esterilización quirúrgica la principal causa de obstrucción tubárica.

Riesgos

La recanalización tubárica es una cirugía que, dependiendo del caso, dura desde dos horas y media, hasta seis. Durante la intervención  se puede presentar alergia a la anestesia; localizarse hemorragias al lastimarse algún órgano interno como los intestinos o la vejiga; desatarse un tromboembolismo pulmonar (formación de coágulos que obstruyen parte del sistema venoso de los pulmones), que en el peor de los casos, si no se controla a tiempo,  ocasionaría la muerte.

Hasta la fecha, después de haber intervenido unas 860 pacientes, el doctor Escaño asegura que no se han presentado ningún tipo de inconvenientes y que el proceso de recuperación es bastante rápido: “Por lo regular, el 90% de las mujeres se marchan a sus casas luego de las 24 horas”.

Triunfos y fracasos

La alternativa está pero, como ya mencionamos, no es eficaz en un 100 por ciento. Solo un 60% de las mujeres operadas luego de haber sido preparadas, logran embarazarse. La cifra no es muy positiva, pues hay un 40% que no lo consigue. Motivo más para que el doctor insista en que tanto la mujer, como el ginecólogo que le atiende, consideren la esterilización quirúrgica como método anticonceptivo en casos mayores, como cuando la señora presenta enfermedades graves como la diabetes o si ya tiene suficiente descendencia o una edad avanzada para procrear. De lo contrario, recomienda otros métodos menos invasivos que, con la asistencia del médico, pueden lograr el objetivo deseado y llegado el momento en que la mujer decida tener sus hijos, lo logre sin mayores complicaciones. P

La edad es indiscutible.

El portal Abc del bebé indica que lo ideal es hacerlo antes de los 42 años: “por encima de esa edad la capacidad de fertilidad femenina es muy baja”.

Debe hacerse una evaluación médica general y especializada: revisar el historial clínico completo de la paciente para ver si se encuentran problemas de ovulación. Asegurarse que no haya ninguna otra enfermedad que afecte el embarazo, como los miomas.

Estudiar el factor masculino, pues aunque la infertilidad femenina es más alta que la masculina (un 58% en la mujer frente a un 42% en el hombre), esa cifra no se puede descartar.

Una recanalización tubárica no debe practicarse si se presenta una insuficiencia ovárica prematura o si las trompas han sido cortadas muy cercanas al ovario o cuerpo uterino. Para la reconstrucción, deben ligarse justo en el centro de las trompas.

Medidas

Las trompas de Falopio miden de 10 a 12 cms. Si se opta por hacer una esterilización con miras a volver a tener hijos, deben cortarse hasta quedar en una medida de 7 cms. Si sólo quedan 4 cms de la trompa, las probabilidades de reconstrucción son muy escasas.

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