El hospital Padre Billini, ubicado en la Ciudad Colonial, sigue sometido a un proceso de remodelación que se hace tortuoso y lento para los usuarios y vecinos, que al unísono reclaman su reapertura.
En las salas y los pasillos del primer nivel del centro de salud convergen las fundas de cemento, las varillas, el polvo y los desperdicios, con cajas de disoluciones (sueros) arrinconadas.
En el hospital, que fue cerrado al público en noviembre pasado, siguen activos los servicios de diálisis, en una unidad inapropiada en la que ofrecen asistencia a los pacientes renales, quienes deben circular entre escombros y recibir las atenciones pese al ruido producido por los constructores.
Algunos usuarios se mostraron esperanzados por la posible inauguración del área de nefrología y hemodiálisis que se construye frente al hospital. Asimismo, esperan que la “eterna” reconstrucción termine.
El director del hospital, Rafael Rojas, ha anunciado varias veces su reapertura, pero no ha ocurrido.
La unión de juntas de vecinos de la Ciudad Colonial y representantes comunitarios de sectores aledaños han pedido reiteradas veces al Gobierno concluir las remodelaciones.
El hospital fue construido en el año 1929.
