Responsabilidad en instalaciones

El criterio para entregar instalaciones deportivas a distintas instituciones requiere, sin dudas, de un protocolo más riguroso. Lo normal es…

El criterio para entregar instalaciones deportivas a distintas instituciones requiere, sin dudas, de un protocolo más riguroso. Lo normal es que se construyan espacios deportivos, pero sin que eso amerite un patrón de mantenimiento.

La ausencia de un documento, que obligue a acciones rigurosas, provoca una hemorragia económica para los contribuyentes del estado dominicano.

Obras deportivas para juegos nacionales o para algún club, se convierten luego en una carga para todos. Más doloroso, y así lo entendemos, es que haya clubes que soliciten un bajo techo con ribetes modernos, pero no han aportado atletas, o si acaso muy mínimo, para cualquier selección dominicana.

Algunos especialistas, en otros países, antes de decidirse a construir un techado, lo primero es que acuden a reconocer cuál es el deporte que más se practica en la zona. Una vez hecho esto, entonces se procede a elevar la obra y en la entrega el Estado y los encargados del uso de la obra, entran en un acuerdo.

De forma que si una tubería de agua se agrieta o rompe, es responsabilidad de los líderes de la nueva edificación repararla, así sea una escuela, un club o la comunidad. Pero alguien debe responsabilizarse, algo que no ocurre en el país.

Los clubes no buscan hacerse autosuficientes en al menos un 10 ó 25 por ciento. Por los arrendamientos y horas de alquiler semanal, se desconoce lo que recibe el Estado. Pero si un excusado está deteriorado, entonces la frase es lapidaria: “el Ministerio de Deportes no ha venido a arreglar esto”.

Pero tampoco el Ministerio recibió un centavo las veces que tal o cual club cobró por alquilar la instalación.

Dos ejemplos tristes: Este año, un club de la zona norte de la capital fue entregado, lo visité meses después y en uno de sus lados presentaba una alfombra de excrementos de paloma.

Asumo que el Gobierno no llevó esas aves, pero quizá también lo responsabilicen. Años más atrás vi otro que entrar al baño era un riesgo épico y el comentario fue: “Sedefir nos quitó la limpieza”. ¿Y ya? Entonces, ¿cuál es la parte de ustedes, los directivos? l

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