“En lo que toca a la República Dominicana, el informe es una colección de recortes viejos de periódicos y consideraciones simples. Salvo el ejemplo didáctico de ‘copy and paste’, el mayor valor del informe reside en el papel en que se imprime”.
La anterior es la respuesta dominicana al rutinario informe de los Estados Unidos sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, y que con frecuencia incluye a nuestro país. Es una respuesta merecida, porque, al margen de que tiene algunos aciertos, como la denuncia del comportamiento arbitrario de agentes del orden público, la realidad es que en general, está sesgado y lleno de excesos, como si lo señalado fuese parte de la política del Estado nacional.
Lo peor de todo es que Estados Unidos, como potencia que es, se cree con derecho a una prédica sancionadora a nivel global en materia de derechos humanos, olvidando lo que con mucha propiedad le han señalado varias naciones, de que los propios ciudadanos norteamericanos suelen ser víctimas de violaciones mucho mayores que las “observadas” en otras latitudes.
China, por ejemplo, le encara a Estados Unidos cómo vigila la vida privada de sus propios ciudadanos en “una flagrante violación de la ley internacional y transgrede seriamente los derechos humanos”.
China, en su replicante informe anual sobre los derechos en Estados Unidos denuncia cómo ese país “ejerce la discriminación racial y de las mujeres, la violencia con armas, que cobra cada año 11 mil vidas, los castigos crueles e inusuales en las cárceles, donde unos 80 mil prisioneros sufren confinamiento en solitario, algunos por más de 40 años”.
Además, China le encara a EEUU el uso de drones para bombardear en Pakistán y Yemen, “con numerosas víctimas civiles”, todo ello al margen de que Estados Unidos no ha suscrito convenciones sobre derechos humanos, como “la de eliminación de todas formas de discriminación contra la mujer, la de los derechos de los niños y la de los discapacitados”.
Habría que agregar que Estados Unidos tiene ciudadanos prisioneros en Guantánamo, en condiciones totalmente infrahumanas.
Ese es el país que pretende aleccionarnos.
