Salario mínimo y reforma laboral

Los sindicatos reclaman un aumento de 30%. Los representantes del empresariado proponen un aumento de 8% en el salario mínimo y de 5% en el resto de los salarios. Cada dos años, se repite el proceso. Al final las partes flexibilizan sus posiciones&#8230

Los sindicatos reclaman un aumento de 30%. Los representantes del empresariado proponen un aumento de 8% en el salario mínimo y de 5% en el resto de los salarios. Cada dos años, se repite el proceso. Al final las partes flexibilizan sus posiciones iniciales, no llegan a un acuerdo y el Comité Nacional de Salarios, partiendo de la aspiración de los sindicatos y la propuesta del empresariado, determina el aumento.

El actual salario mínimo de RD$9,905 entró en vigencia el 1 de junio del 2011.  Dado que la inflación acumulada desde ese día hasta febrero del 2013 ha sido de 8.56%, se puede calcular que el nivel del salario mínimo hoy que garantizaría la restauración del poder adquisitivo del vigente en junio del 2011, sería de RD$10,752.87.  Si quisiéramos mantenerlo constante en dólares, dado que la devaluación acumulada del peso en ese período ha sido de  8.29%, habría que fijarlo en RD$10,726.12.

El problema, en ambos casos, es que estamos asumiendo que la productividad laboral no ha aumentado. Durante el período enero 2004-mayo 2011, la productividad laboral en República Dominicana aumentó a una tasa anual de 4.2%. Fue un período donde la economía dominicana exhibió un crecimiento anual promedio de 7.25%, según las estimaciones del Banco Central. En el período junio 2011-diciembre 2012, el crecimiento anual promedio del PIB descendió a 4.1%, lo que generó un crecimiento más lento de la productividad laboral: 2.38% anual. Con esta información se puede inferir que de junio 2011 a diciembre del 2012, la productividad laboral creció en 3.38%. Si la regla a utilizar para definir la magnitud del ajuste del salario mínimo fuese la corrección por la pérdida de poder adquisitivo producto de la inflación (8.56%) más un incremento que reconozca el aumento de la productividad laboral (3.38%), el salario mínimo vigente debería aumentarse en 11.94%, un 12%.

De RD$9,905.00, pasaríamos a un nuevo salario mínimo de RD$11,095.00. En términos de dólares, estaríamos hablando de un salario mínimo de US$270 mensuales, ligeramente superior al de US$261 vigente el 1 de junio del 2011.

Hasta aquí la aritmética económica que tendría sentido si la economía dominicana fuese completamente cerrada. La realidad, sin embargo, es muy diferente. Tenemos una de las economías más abiertas del mundo y no podemos tomar decisiones sobre precios tan importantes como el salario, sin observar lo que pasa en el resto del mundo, principalmente en aquellos países que compiten con nosotros. Uno podría sentirse tentado a sobre-ajustar los salarios cuando percibe que los dominicanos son los latinoamericanos que más afirman que el salario que devengan no les alcanza para cubrir sus necesidades. Una decisión similar nos podría venir a la cabeza si observamos que hay varios países con salarios mínimos superiores a los nuestros (Argentina, Panamá, Costa Rica, Honduras, Chile, Uruguay, Brasil, Guatemala, Venezuela y Colombia).

Sin embargo, hay que profundizar un poco más. Algo que no debemos olvidar es que nuestra economía es la de mayores sobre-costos laborales de la región. Estos sobre-costos, medidos como porcentaje del salario, alcanzan un 65% en nuestro caso. Los mismos se derivan de los pagos de bonificación, contribuciones a la seguridad social (pensiones, seguro de salud familiar), seguros de accidente de trabajo, pagos al Infotep, salario de Navidad, prestaciones sociales y laborales (preaviso y cesantía), y pago de vacaciones, entre otros. Cuando el sobre-costo se incorpora al análisis, el salario mínimo en dólares de RD casi se iguala al de Chile y supera a los de Venezuela, Colombia, Ecuador, Jamaica, Perú, Paraguay, Nicaragua, México, Bolivia y El Salvador.

Tampoco debemos olvidar que debido a la bajísima calidad del sistema educativo dominicano, nuestros recursos humanos exhiben una productividad menor que la de países como Costa Rica, Colombia, Argentina, Ecuador, Panamá, Chile, Venezuela, México, Brasil, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Perú. Cuando hacemos la comparación con los demás países de la región, caemos en el reducido grupo de países, junto con Guatemala, Brasil, Panamá y Argentina, cuyos salarios mínimos en dólares (con sobrecostos incluidos) están por encima del nivel que puede ser justificado por la calidad de la educación primaria.

Otro elemento a tomar en cuenta es el nivel de desempleo. El año pasado, el desempleo en RD aumentó a 15.1%, el más alto de la región. Aumentos exagerados en los salarios desalentarían a las empresas para contratar personal y elevarían aún más el desempleo. En el país líder de la región en términos de los jóvenes que ni trabajan ni estudian, ajustes salariales irracionales podrían estimular mayores niveles de delincuencia y criminalidad.

El hecho de que 3 de cada 4 empleos que se crearon en los últimos 12 años en RD, fueron empleos informales, debería llamar la atención de la clase política, empresarial y sindical sobre la necesidad de reorientar la discusión desde los ajustes periódicos del salario hacia donde la urgencia sí es enorme: una reforma laboral que estimule a las empresas formales a contratar más personal, específicamente, a decenas de miles de jóvenes con deseos de trabajar y que hoy día, no encuentran oportunidades. Si la evadimos, el desempleo seguirá siendo el más elevado de la región.

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