Barahona.- Residentes en el entorno de la cancha deportiva del barrio Savica y la cañada del mismo nombre, vivieron momentos de intranquilidad y desesperación ayer miércoles, producto de la humareda proveniente de un aserrín de madera que el dueño de un taller de ebanistería quemó en el patio del establecimiento.
El taller en cuestión es propiedad de un ciudadano conocido como Morelis, el cual instalado en la parte atrás de la vivienda número 254 de la calle Sánchez, en la parte alta de esta ciudad.
La humareda también afectó a los que viven en la referida cañada, situada entre las calles José A. Robert y Luis Peláez Méndez.
Otra incomodidad que provoca el señor Morelis, es que pinta los muebles que fabrica en la acera de una casa destechada por los lados, ubicada frente al taller, cuyo olor junto al humo, causan daño a la salud de los comunitarios.
Esta práctica que Morelis realiza constantemente ha complicado la salud de algunos ancianos que residen a pocos metros de donde opera el taller en cuestión.
La humareda de ayer fue tan fuerte que motivó que varias madres abandonaron sus viviendas con niños pequeños en brazos y lo llevaron a hogares de familiares, para evitar se les complique las afecciones respiratorias que los afecta, producto del frío del invierno.
También, adultos mayores presentan problemas respiratorios, producto del humo de la quema del aserrín y el olor de la pintura., que arroparon todo el entorno de la cancha de Savica y parte de la cañada del mismo barrio.
Cuando el ingeniero Miguel Melo era director provincial de Medio Ambiente y el doctor Bolívar D´Oleo, Procurador para la Defensa del Medio Ambiente, al dueño del taller se lo prohibió pintar en la referida acera y quemar el serrín en un área de la cañada de Savica, luego de que vecinos denunciaran que estaba contaminando el medio ambiente.
“Esa vez al dueño se le advirtió que solo podía pintar los muebles en el interior de su taller y trasladar el serrín en sacos hasta el vertedero municipal, cosa que cumplió por breve tiempo”, dijeron vecinos a periodistas que visitaron el lugar.
Los vecinos piden la intervención de las autoridades de Medio Ambiente a los fines de visitar el taller para que comprueben la situación donde está la marca de la pintura y cenizas del serrín que quema constantemente, sin importarle el daño que esto causa a la salud humana..
Los vecinos no piden el cierre del taller porque es de él que su dueño gana el sustento familiar, pero que Medio Ambiente le ordene de nuevo pintar en el interior del taller y botar el serrín en un lugar donde no afecte la salud humana.
