Seguridad ciudadana

Los diferentes planes estatales de seguridad ciudadana instaurados en nuestro país desde mediados de 2006, proyectos como Barrio Seguro, el patrullaje conjunto de policías y militares, los chequeos aleatorios, los decretos para controlar los horarios&#8

Los diferentes planes estatales de seguridad ciudadana instaurados en nuestro país desde mediados de 2006, proyectos como Barrio Seguro, el patrullaje conjunto de policías y militares, los chequeos aleatorios, los decretos para controlar los horarios de expendio de bebidas alcohólicas, entre otras cosas, no han logrado su objetivo de combatir de manera efectiva la delincuencia.

Desde el 2006 y hasta el 2012 las cifras oficiales de hechos delincuenciales como homicidios, por ejemplo, crecieron de manera exponencial, lo que indica que lo que se hizo en ese entonces para mejorar la seguridad sencillamente no funcionó.

A partir del 2012 y hasta la fecha se han producido descensos importantes en el número de homicidios y muertes violentas en el país, pero han aumentado otros tipos delincuenciales como el asalto y el robo a mano armada que mantienen a la población en alerta y agudizan la percepción generalizada de que la delincuencia ha aumentado en República Dominicana.

Como todo lo que se ha hecho hasta ahora no ha producido los resultados anhelados, es cada vez más urgente que el Gobierno intente medidas nuevas para enfrentar un flagelo que no discrimina.

Desde la adecuada iluminación de zonas peligrosas, pasando por sistemas de alarmas comunitarias como los que hay en México y hasta la sustitución de publicidad regular por publicidad tendente a condicionar al ser humano en contra de la violencia son opciones que merecen ser evaluadas. También es necesario retomar el debate sobre elementos de trascendencia para este tema como el control de las armas, la instauración de cámaras de seguridad y utilización de drones con adecuado monitoreo, entre otras posibilidades.

Indiscutiblemente es de capital importancia el saneamiento real y profundo de la Policía Nacional, puesto que el patrullaje nunca servirá si el material humano está dañado. Pero no únicamente cancelando policías y enviándolos a las calles a delinquir con un Doctorado en delincuencia, sino asumiendo la responsabilidad de someter a la justicia a todo el que encuentren en algo turbio y con ello dejar claro a los demás que esto no será tolerado.

También, hay que considerar la necesidad de modificar las partes del Código Procesal Penal que hacen más fácil al delincuente retornar a las calles, comenzando por establecer prisión preventiva automática para los casos de reincidentes.

Es necesario tomar en cuenta partes esenciales del rompecabezas como agilizar del Nuevo Modelo Carcelario a un punto en que sustituya ya el utilizado en la totalidad de las cárceles del país, para trabajar la regeneración de los delincuentes, establecer mayores y mejores controles para la importación y la tenencia de armas de fuego, entre otras cosas.

Pero lo más importante, además de la voluntad para hacer lo que se requiere, es entender que sin inteligencia es imposible combatir la delincuencia, por lo que aquellos llamados a dirigir los organismos que encabezan esta lucha deben ser personas capacitadas.

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