Pese a la orden de eliminar los privilegios de que gozan algunos internos en los centros penitenciarios del viejo modelo, la medida no ha sido cumplida en su totalidad. En el techo de Najayo-Hombres aún se ven al menos 13 compresores de acondicionadores de aire, nueve parábolas, calentadores de agua, baterías de inversores, y cuatro paneles solares. El contrates entre privilegiados y comunes está muy marcado. En el área que los mismos reos llaman “de ricos o especiales” se ven los modernos sistemas satelitales y demás equipos mientras que en el otro extremo se denota un semillero de antenas improvisadas.
Al ser cuestionado sobre el asunto, el director de prisiones Tomás Holguín de la Paz, a quien los medios de comunicación tuvieron que esperar en el penal por casi dos horas, dijo: “si usted le pone a un enfermo un suero a todo lo que da, se va a morir, no se va a sanar. Es un proceso, lo estamos desmontando poco a poco, todo es un proceso, no podemos ir a la carrera. Aquí (en la cárcel) no hay chiquitos ni grandes”.
Reclusos no pagan privilegios
Agregó que los trabajos iniciaron con el traslado a la cárcel de La Romana de al menos 60 reos que estaban en el área de “los conyugales” y en el pabellón de extraditables. Los acondicionadores de aire, baterías e inversores están siendo entregados a los familiares de los reos.
“Esas áreas donde están los banqueros en su momento fueron construidas para eso. El preso no paga privilegios”, aseguró el funcionario.
Al mismo tiempo negó que algún reo se esté resistiendo a la medida.
Reducen áreas conyugales
Explicó que el área de los conyugales fue creada con un criterio que se perdió y ahora se está rescatando. “En estas áreas habrá oficinas y se dejarán algunas para cónyuges, para que los internos tengan, de manera decente, acceso a sus visitas conyugales”, dijo. Agregó que se trabaja para que en su momento esa área sea para cónyuges.
Las autoridades carcelarias han despertado el hermetismo en cuanto al cumplimiento de la medida dispuesta por el jefe del Ministerio Público, Francisco Domínguez Brito.
Se ventiló una primera convocatoria errónea, para visitar el penal de La Victoria el pasado miercoles. Luego fue convocada formalmente la prensa para ayer, nueva vez, en La Victoria. Posteriormente informaron que sería en Najayo a las 10:00 de la mañana.
Estando en el penal, los periodistas fueron paseados por los pasillos de los conyugales, dónde entre otras cosas se observó el hacinamiento de la cárcel que en su área común tiene al menos unos 3 mil 322 reos.
No se mostró ninguna celda o aire removido porque según se supo se estaba a la espera del director de prisiones y de las llaves de las habitaciones, que nunca llegaron.
En el corredor del área llamó la atención un letrero en el cual se avisaba a los reos que “vienen del patio” que podían utilizar la zona pero una vez terminada su diligencia debían partir, de lo contrario le llamarían la atención no importa con quien estuviesen. Se observó que debajo del pabellón de extraditables hay una especie de sembrado de caña, chinolas y naranjas.
Tras una larga espera y escuchar constantemente gritar a los reclusos amotinados en las puertas, se ordenó a los medios salir de la zona. Tras otro largo tiempo, el director de prisiones llegó a la cárcel y luego de dar las declaraciones de lugar explicó que el recorrido no se haría porque era un día regular de visita y se le había “escapado”. Algunos reclusos denunciaron que, tras recibir su libertad por orden judicial, tardan hasta dos y tres meses para ejecutarla.
