No es suficiente ganar elecciones

Solo ganar no es suficiente, ahora se requiere un partido con cohesión sólida y debidamente organizado con medios digitales y de modernidad. Y no solo eso, resulta necesario mirar hacia el Brasil y tratar de no repetir aquella experiencia.

Solo ganar no es suficiente, ahora se requiere un partido con cohesión sólida y debidamente organizado con medios digitales y de modernidad. Y no solo eso, resulta necesario mirar hacia el Brasil y tratar de no repetir aquella experiencia. La Presidenta Dilma Rousseff, en su primer mandato, miró hacia otro lado y toleró un festival de persecuciones judiciales contra funcionarios del gobierno anterior y del suyo propio, como quien deseaba complacer sectores adversos bajo el entendido de que no era contra ella, dar señal de respeto a la ley y a la institucionalidad. De lo que en realidad se trataba era un plan de sus adversarios de ganarle a ella y al PT, organización política de gobierno, no en las urnas, sino en los medios y judicializando el debate político.

Efectivamente, se cometieron excesos porque no era un esfuerzo ético y de transparencia, sino de un montaje político de los adversarios de Dilma Rousseff y Lula Da Silva, Presidente del PT y pasado Presidente del Brasil. Empezando su segundo mandato, todo apuntó contra ella y Lula; esta vez tratando de ligarlos a un escándalo de corrupción en Petróleo de Brasil (Petrobras), cuando en realidad ese escándalo salpica a líderes de la oposición.

Precisaron la acusación contra Dilma, en medio de un torbellino, de transferir partidas presupuestales para encubrir un déficit por fondos utilizados en programas sociales, pero se le juzga por corrupción, siendo evidente que ni hubo corrupción ni fraude fiscal.

Realmente sus adversarios conservadores buscan darle un “golpe de estado” usando mecanismos legales. El hecho es que todo se le ha devuelto porque la recesión económica del sistema capitalista mundial está afectando la economía de los países. Además de que la China decidió variar sustancialmente su modelo económico para crear una base industrial y de infraestructura, queriendo aprovechar su mercado interno de mil 400 millones de habitantes; por lo que ha reducido la importación de comandite (materia prima) de Suramérica, incluyendo a Brasil.

En nuestro país fue acusado el Presidente Leonel Fernández de un déficit fiscal, al término de su mandato, dando una connotación de fraude fiscal. Se defendió de inmediato, pero era el inicio de una judialización de la política. Transcurriendo esta primera gestión del Presidente Medina, se “dejó actuar la justicia” y los adversarios del gobierno y del PLD arremetieron judicialmente invocando la independencia del sistema judicial con la clara intención de llegarle al ex presidente Leonel Fernández.

El país no tiene afectada la economía como ocurre en Brasil. El crecimiento se sitúa por encima de 5% del PIB, el Brasil -3% del PIB. Pero debemos cuidar la estabilidad y crecimiento macroeconómico porque se ve retornar en el sistema capitalista mundial otra crisis por la recesión con estancamiento existente.

Es necesario establecer un acuerdo estratégico con la pirámide empresarial dominicana para hacer girar nuestra economía hacia otros renglones que fortalezcan el PIB y mejore la presión tributaria, para que el Estado se coloque como un facilitador y regulador, aplicándose al mismo tiempo políticas públicas que contribuyan a superar las desigualdades.

Pasado el proceso electoral se hace necesario recuperar y modernizar al PLD y llevar al gobierno a una posición de centro izquierda para superar profundas desigualdades en el pueblo, porque efectivamente no es suficiente con ganar elecciones.

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