MADRID — España se vio obligada a pagar este martes una altísima tasa de interés en una subasta de deuda a corto plazo, que puso en evidencia las dudas sobre la salud financiera del país.
La rentabilidad de los bonos a 12 meses subió de 2,98% en la más reciente subasta del 14 de mayo, a 5,07%. La tasa en los bonos a 18 meses se elevó de 3,3% a 5,10%.
El Tesoro colocó 3.390 millones de euros (4.280 millones de dólares) en bonos a 12 y 18 meses gracias a una fuerte demanda en los mercados, pero lo hizo a costa del sobrecosto más alto de los últimos 15 años en la primera subasta de deuda desde que España pidiera a la Unión Europea un rescate de hasta 125.000 millones de dólares para su problemático sector bancario.
A pesar de los altos intereses, la fuerte demanda relajó los intereses de los bonos españoles a 10 años en el mercando secundario, que cedieron 10 puntos básicos hasta el 7,03% a media sesión, todavía en límites considerados insostenibles y próximos al resctae financiero internacional.
La desconfianza en la economía española se acentuó tras el rescate bancario, fundamentalmente porque no se sabe si el dinero que recibirá el Estado computará como nueva deuda. Una deuda difícil de devolver para un país en recesión y una tasa de desempleo del 24,4%.
Fernando Ballabriga, profesor de Economía de la escuela de negocios ESADE, destacó que si sigue la presión a la deuda pública, ésta tendrá un impacto en la deuda financiera y en unos meses podría producirse un rescate al conjunto del país de proporciones incalculables.
«Emitiendo bono al actual interés nos jugamos un segundo rescate soberano en los próximos meses», dijo Ballabriga.
Los mercados tampoco parecieron digerir bien el retraso en la publicación de las auditorías de la banca española encargadas por el gobierno.
Antes del jueves, se prevé que se darán a conocer los resultados de sendos informes sobre el sistema financiero que deberían fijar la cantidad económica que España pedirá a Bruselas. Una segunda parte, consiste en una auditoría individualizada de los bancos más problemáticos, que se iba a publicar en julio, pero se pospuso a septiembre.
España puede sobrevivir semanas con esta presión sobre su deuda, pero no es sostenible a largo plazo, según los analistas. En la cumbre del G20 en México, el presidente Mariano Rajoy trata de convencer a los líderes mundiales de la robustez de la economía española, cuarta de la eurozona, con un PIB estimado superior a los 1,3 billones de dólares.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, calificó de injusto el ataque que está sufriendo España en los mercados y vaticinó que el país saldrá adelante.
«Estamos convencidos desde el gobierno que la situación actual de penalización de los mercados, la que estamos sufriendo hoy, no se corresponde con los esfuerzos ni con la potencialidad de la economía española», aseguró De Guindos en Los Cabos, donde acompaña a Rajoy en la cumbre de líderes del G20.
«Eso es algo que (en los mercados) se tiene que acabar reconociendo en los próximos días, en las próximas semanas», añadió.
Los problemas de España se han visto multiplicados por la indefinición de la Unión Europea sobre cómo atajar la profunda crisis de deuda que afecta al euro.
En uno de los borradores de la declaración final del G20, los países abogan por impulsar medidas de estímulo económico en Europa para combatir la crisis. Un estímulo que contrasta con las políticas de austeridad que defiende Alemania.
