Ojalá que la AMET, muy enérgica últimamente, consiga detener el irrespeto a las normas en que se desenvuelve el tráfico vehicular metropolitano. En tanto, toca a los conductores evitar que el caos vial nos agobie y enfurezca. Se necesita acometer, en lo particular, actitudes y condiciones internas que contrarresten el estrés que genera la circulación vehicular en el país. Frente al guía, una medida fácil y al alcance de todos para promover ecuanimidad es concentrarnos en nuestra respiración -cuando inhalamos y exhalamos el aire-. Quien lo hace comprueba que se logra una especie de aislamiento mental sin dejar de estar alerta, con el beneficio inmediato de que nos aislamos de fuentes de tensión y nos mantenemos tranquilos.

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