Tragedia de Herrera terminó con cinco personas muertas

 Sin derramar una lágrima,  los familiares de Elizabeth Pérez (Elsa) sepultaron ayer sus restos en el cementerio Cristo Salvador, en Santo Domingo Este.

 Sin derramar una lágrima,  los familiares de Elizabeth Pérez (Elsa) sepultaron ayer sus restos en el cementerio Cristo Salvador, en Santo Domingo Este.
Elizabeth, de 37 años, y su bebé, habían sobrevivido a los balazos que les propinó Bangelio Guzmán Fernández, alias Gelo, de 62 años, luego de que  matara a su esposa Felícita Pérez (Fela) y a su hijo Wellington Guzmán Pérez (Willy) y se quitara la vida, en un hecho ocurrido el pasado 22 de mayo, en El Libertador de Herrera.

Elsa, sordomuda, murió de un infarto cardiaco el pasado sábado cuando  era trasladada de la casa de su tía al Hospital Darío Contreras.

Los tiros que le propinó Gelo a su hijastra aceleraron la llegada de la niña que llevaba en su vientre, producto de la violación sexual de su padrastro.

La bebé nació el mismo día de la tragedia, con los pulmones inmaduros, una de las causas que le produjeron la muerte el pasado domingo 27.

Un día después, su madre fue despachada del hospital doctor Marcelino Vélez Santana, por su buena recuperación postquirúrgica. 

Se recuperaba rápido
Aunque tuvieron que extraerle un riñón y el bazo, órganos que fueron afectados por las balas, Elizabeth tenía una recuperación óptima y mostraba la mejor cara a la vida, según explicó su tía Francisca Pérez, quien había asumido el cuidado de su sobrina desde la muerte de su hermana.

“La llevaron a la cita, le estaban dando terapia en el hospital y en la casa. Todavía no le habíamos dicho que la niña había muerto, pero los médicos tenían que informarselo en la cita programada para el día siete. Ella se tocaba la barriga, sabía que tenía un bebé”, aseguró Pérez.

Agregó que estaba muy alegre con su sobrina porque daba señales de que iba a poder hablar.

 Dijo que Elsa había hallado a Cristo y descansaría en paz. “El día de su muerte la acostamos en la cama, le pusimos el control en las manos, ella puso su novela, y en un momento tiró un grito y torció la boca”, dijo
Justamente ayer se celebró  el memorial por la muerte de Gelo, Fela y Willy.

El cuerpo de Elsa fue llevado a su casa materna, donde había sido herida y donde asesinaron a sus parientes.

Allí se celebró una ceremonia conjunta para todos los difuntos. La joven fue sepultada encima de su madre y su hermano, en la misma bóveda, pero al lado, están los restos del homicida-suicida. El cuerpo de la bebé fue dejado a cargo del hospital.

Además del daño moral, queda el económico

Además del daño moral en que queda la familia, también la carga económica ha sido mucha. “Con todo y la precariedad Dios no nos ha desamparado.  Para lo único que no estamos preparados es para morirnos”, dijo uno de los familiares de las víctimas.

Según allegados, Gelo fue un hombre violento que había retornado de Saint Thomas con el propósito de que la niña de Elsa no naciera, lo que originó la tragedia.

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