Joaquín Gerónimo, el superintendente de Pensiones que actúa con un mandato vencido, adoptando decisiones como la resolución 356-13, ha lanzado una bola de humo para distraer al Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) que precisamente hoy sesiona para conocer esa resolución atentatoria contra los derechos adquiridos por los trabajadores de ingreso tardío al sistema.
Es más que evidente que anunciar que el Poder Ejecutivo presentará en la próxima legislatura un proyecto para modificar la ley 87-01 de Seguridad Social, con énfasis en lo relativo al régimen de los afiliados de “ingreso tardío”, justo en la víspera de la reunión del CNSS, tiene el propósito de presionar a ese organismo para que no conozca la solicitud de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP).
La ADAFP busca que el CNSS defina el régimen especial para los afiliados de ingreso tardío, que les permita recibir en un único pago la totalidad de los recursos acumulados, como se había contemplado. Lo que favorecería también a quienes les hayan diagnosticado una enfermedad terminal.
La jugada de Gerónimo, improvisada ayer en un almuerzo con periodistas, está dirigida a sabotear las aspiraciones de los afiliados tardíos, recogida sana y justicieramente por la ADAFP. Su anuncio de que el Poder Ejecutivo encargó a una comisión encabezada por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, para elaborar un proyecto de reforma de la ley sólo busca desinflar la reunión de hoy del Consejo.
En las últimas intervenciones públicas de Gerónimo sobre el tema es perceptible que pretende sugerir que una desautorización de su resolución 356-13 violaría la ley 87-01, lo que se cae de plano si se considera que el CNSS es el órgano rector, y si él pudo crear un estatuto del abuso como es esa disposición, el Consejo puede perfectamente establecer el imperio de la ley y la justicia.
Asumimos que el CNSS hará que prevalezca la institucionalidad y no se dejará envolver por una bola de humo, y actuará por encima de las acciones arbitrarias de una sola persona que invoca la ley sólo para violarla.
