Una feria de la cultura

Concluyó con un balance positivo la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2013, luego de 13 días de intenso movimiento de personas en la Plaza de la Cultura, que tradicionalmente utilizan este evento como espacio de encuentro. Aunque esta&#8230

Concluyó con un balance positivo la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2013, luego de 13 días de intenso movimiento de personas en la Plaza de la Cultura, que tradicionalmente utilizan este evento como espacio de encuentro. Aunque esta fue la decimosexta edición de la Feria como evento internacional, como acontecimiento nacional se realiza anualmente en República Dominicana desde el año 1951 (con algunas interrupciones, especialmente en la Era de Trujillo y con ciertas variaciones en el nombre, pero manteniendo el mismo concepto).

A pesar de que este año la Feria contó con un impresionante desfile de intelectuales locales y extranjeros, puestas en circulación de importantes obras, premios, ciclos de coloquios, visitas impactantes como la del famoso director estadounidense de cine Spike Lee o el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y libros en venta hasta de apenas 5 pesos, no es secreto para nadie que el principal objetivo de muchos de sus asistentes es el esparcimiento y el “paseo” en una ciudad cuyas opciones de entretenimiento gratuito no le hacen justicia a todo su potencial.

Los libreros mantienen su queja de hace ya unos años de pocas ventas y pocos negocios y cada vez más pabellones son ocupados por ofertas distantes al mundo de la literatura como música urbana o comercialización de artesanía, entre otras expresiones que parecían encontrar más acogida en el público que las librerías.

Este fenómeno, en lugar de ser criticado y tratado inútilmente de contrarrestar, debería ser utilizado para dar un giro novedoso a esta Feria del Libro cuyo propósito inicial se ha ido desgastando y convertirla en una verdadera Feria Internacional de la Cultura que fomente diversas manifestaciones del arte, que ofrezca cabida y apertura a la música, el teatro, la danza, la pintura y tantas otras variantes culturales y que estimule la creatividad en un país lleno de talento.

Y el momento actual es más que oportuno para hacer estos cambios, no sólo porque la recién clausurada es apenas la primera Feria Internacional del Libro organizada por la actual administración, sino porque en la Cámara de Diputados cursa un proyecto de ley justamente de incentivo y fomento del mecenazgo cultural en la República Dominicana que podría ser combinado con este nuevo esquema.

Con José Antonio Rodríguez a la cabeza del Ministerio de Estado de Cultura, una visión más auténtica, más artística y menos burócrata, estoy segura que esta idea podría llevarse a cabo con mucho éxito.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas