A cada ser humano le llega su oportunidad de alcanzar el éxito y descollar en un área de esta aldea global en que vivimos. En esto si es verdad que no hay discriminación por ser rico o pobre, sexo, raza, religión y un largo etcétera.
De ahí que algunos destaquen que estamos en la era del conocimiento y que el conocimiento es poder. Por estas razones, no debemos sentirnos menos en la actividad que desarrollemos, sino tratar de ser mejores y valorar positivamente lo que hacemos.
Asimismo, podemos esforzarnos en que el fruto de nuestro trabajo beneficie a más personas, de tal manera que la autoestima y la satisfacción vayan en crecimiento.
No entierres tu talento como el hombre aquel que registra la Biblia en la parábola de Lucas 25:14-30, ponlo a producir y Dios, que te lo dio, te bendecirá y lo multiplicará.
