Santiago.- El jurista Ramón Antonio Veras mantiene la esperanza en que se hará justicia en el caso de intento de asesinato de su hijo Jordi.
“Al llegar las fiestas navideñas y, a la espera de un nuevo año, nuestra familia se mantiene con la misma fe confiando en que ha de llegar la justicia que hemos reclamados durante 30 meses, desde el 2 de junio de 2010, cuando se ejecutó la tentativa de asesinato contra mi hijo José Jordi Veras”, precisó.
Dijo que se han apoyado en la justicia y la ley para reclamar castigo para los culpables, Ya que “en el seno de la familia Veras no hay espacio para el odio, la inquina, el resentimiento, ni la venganza”
Negro Veras indicó que en la medida en que la criminalidad organizada procura amedrentar a los hombres y mujeres de bien, a las familias decentes, se hace más necesario que el imperio de la ley y que la vara de la justicia alcance a los que no se adaptan a vivir en una sociedad civilizada, libre de miedo y de sobresaltos.
El reconocido jurista destacó que mientras la gente se siente motivada para celebrar las fiestas navideñas y un nuevo año, asesinos como los que quisieron acabar con la vida de su hijo Jordi, ejecutaron la acción criminal similar contra la joven ingeniera capitaleña Francina Hungría.
“Los criminales no pueden imponer sus reglas, la familia dominicana no se puede dejar amedrentar; la intimidación de la asociación de criminales no debe ser aceptada tranquilamente, con pasividad ni indiferencia”, expuso.
Advierte que los dominicanos que aspiran a vivir en una sociedad con seguridad y garantía de vida material y espiritual, son más que los asesinos. “La asociación de asesinos pagados que se unificaron para asesinar a mi hijo Jordi, son de igual formación criminal que el grupo que ejecutó el cuádruple asesinato en el barrio Evaristo Morales y el atentado de la joven y laboriosa ingeniera”.
Negro Veras volvió a agradecer la solidaridad que le han manifestado durante todo este tiempo y reiteró su reclamó que se haga justicia para aliviar en algo los sufrimientos de Jordi, el dolor de la familia y la ofensa de que fue objeto la sociedad dominicana por el crimen organizado, “la que sigue llevando angustia a pacíficos, laboriosos y dignos hogares del país”.
