Me cuentan que la Policía ha dispuesto medidas preventivas a la salida del aeropuerto de Las Américas. Por instrucciones de la Jefatura, el general encargado de la acción es Valentín Rosado Vicioso, muy activo y fiscalizador él, quien monitorea personalmente los vehículos patrulleros en la marginal y en la propia avenida de Las Américas, incluyendo la entrada hacia la autopista que va a Samaná.
Pero, con todo y la buena fe de la Policía, los delincuentes que se dedican a las fechorías de perseguir víctimas son más astutos o tienen más recursos que las autoridades para acometer sus tropelías. Ya ellos, los asaltantes de viajeros, reciben llamadas vía celular o mensajes de texto por BlackBerry, para ubicar a los ciudadanos y ciudadanas que salen de las terminales de los aeropuertos y les dan seguimiento en las autopistas.
Eficiencia y tacto
La Policía Nacional puede cumplir cabalmente con su misión de brindar seguridad y protección a los ciudadanos, extranjeros o criollos, que desde los aeropuertos salen o entran a sus destinos cargados de equipajes y otras propiedades sin los temores de que sean víctimas por parte de piratas modernos, armados, con visibles entrenamientos militares y con la decisión de enfrentar a tiros a quien ose evitar que sus fechorías resulten exitosas.
Basta con dedicar un equipo que se encargue de coordinar, a discreción, la seguridad que requiere una misión como la que sugerimos y que abarque ciertos tramos de las principales vías.
Buen intento
La designación de dos unidades patrulleras en Las Américas, es un buen intento por solucionar tan peligrosa situación. Más, no es suficiente porque los delincuentes cuentan con más de un vehículo y con armamentos sofisticados para cometer sus fechorías.
Además, cuentan con un equipo de bandidos infiltrados en los aeropuertos que informan con detalles de la llegada y salida de los viajeros que vienen o llegan con maletas y otras propiedades.
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