La violencia: Devastadora y cruel

En los últimos tiempos los medios de comunicación se han hecho eco de diferentes manifestaciones de violencia, las cuales en su mayoría terminan con la vida de alguna persona.

En los últimos tiempos los medios de comunicación se han hecho eco de diferentes manifestaciones de violencia, las cuales en su mayoría terminan con la vida de alguna persona. Lo cierto es que existe un arraigado machismo en las sociedades, no solo en la nuestra, y es bajo la sombra e influencia de ese machismo que se ha levantado más de una generación. Es desgarrador escuchar los testimonios de las mujeres que han sido víctimas de violencia, que no solo es física, sino que viene acompañada de una fuerte carga psicológica.

Es desgarrador, pero también es alentador saber que vivieron para contarlo. Si hacemos un ejercicio y revisamos todos esos testimonios, notaremos muchas similitudes, no solo en la conducta del “macho”, sino, y eso es lo lamentable, indignante y peligroso en la negligencia y hasta el desdén con que son tratadas las mujeres cuando acuden a un destacamento policial. Más de una de las afectadas ha dicho que al llegar a denunciar a su agresor, el policía sin pararse de  su silla y mucho menos sin mirarle a la cara, le contesta: “ Eso es pleito entre marido y mujer y ahí nadie se puede meter”, terminada la frase, da por concluida la conversación.

Lo terrible del caso, es que esa apatía e irresponsabilidad se ha traducido también al área judicial, sabemos de algunas sentencias que espantan y que distan mucho de la legalidad. Pienso que es una misión de los padres educar a nuestros hijos, inculcándoles valores, educarlos conscientes de la igualdad de los sexos, dándoles en el hogar la misma participación a niños y a niñas, fomentar su autoestima. El primer amor de toda mujer es su padre, por eso la relación padre-hija debe ser la mejor experiencia en la vida de una fémina, créanme, lo sé. El padre que Dios me regaló, amoroso, protector, responsable y dulce, (si sigo no acabo), siempre me hizo y me hace sentir como una princesa, y aunque sé que en nadie encontraré lo mismo, me niego a recibir, y mucho menos a aceptar, ningún tipo de maltrato, ni humillación de ningún hombre que no tiene otra forma de expresar la frustración que le produce su mediocridad, que insultando y golpeando.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas