Volver al campo

En estos tiempos de globalización,  la competencia de los países por los mercados y productos se torna cada vez más complicada, y va de la mano del manejo y desarrollo de tecnologías siempre costosas. Países pequeños y sin capacidad para alcanzar&#

En estos tiempos de globalización,  la competencia de los países por los mercados y productos se torna cada vez más complicada, y va de la mano del manejo y desarrollo de tecnologías siempre costosas. Países pequeños y sin capacidad para alcanzar metas importantes en esos campos, como República Dominicana, juegan con desventajas. Por ello la principal apuesta criolla de estos tiempos han sido los servicios, y entre ellos, el turismo. Todavía necesitamos dominar más destrezas, potencializar y mejorar eso que vamos haciendo bien.

Ello cobra mayor vigencia si vemos las tendencias de los países en perfeccionar determinadas líneas de artículos en atención a factores muy propios, que van desde su calificación técnico-científica, y en el caso de una actividad primaria como la producción de alimentos, valorando el clima, la vocación de los suelos y la cultura laboral. Asistimos a una suerte de especialización de los mercados y productos en la que competir constituye una tarea titánica.

Además del turismo, la minería y la prestación de servicios, el país cuenta con un extraordinario potencial agrícola que no termina de explosionar. ¡Pero cuántos factores se requieren para maximizarlo! Habría que preguntarse cuánto hemos apostado con ese propósito.

Ya hemos ido descubriendo lo bueno que puede ser el país en ese campo. Pero no nos aseguramos de que esa puede ser una fuente para acrecentar la riqueza nacional. Primero, como garantía para alcanzar la añorada “suficiencia alimentaria”, para algunos un simple sueño, y segundo, para convertirlo en un factor expansivo del mercado interno, gran suplidor de la hotelería, los mercados vecinos y quizás más allá.

Pero eso sigue siendo un sueño, sobre todo si tenemos en el espejo a países pequeños que apostaron fuertemente al desarrollo agrícola y que a la postre tuvieron que explorar otros caminos para convertirse en una potencia económica, como Taiwán, para citar un ejemplo.

Mientras tanto, satisface que el Presidente Danilo Medina esté decidido a impulsar el campo. Volver a la tierra proveedora. Encomiable determinación que celebramos. Cuesta, y quiera Dios que deje los frutos esperados.

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