La insoportable letanía del expresidente Fernández sobre la crisis económica, me trajo a la memoria una de las novelas más leídas de Dino Segre, conocido por el seudónimo de Pitigrilli, Moisés y el señor Levi, publicada en 1948, el año más productivo del genial escritor italiano. En el epígrafe de la obra, ambientada en la Italia antisemita de pre guerra, Pitigrilli cuenta una conversación de dos ancianos sentados en un parque de Roma. Uno de ellos se lamenta que habrá inevitablemente guerra y que los judíos serían los responsables. El otro le responde: “Tienes razón, los judíos y los ciclistas”. ¿Y porqué los ciclistas?, le cuestiona el primero. “¿Y porqué los judíos?”, le riposta el otro.
Al exonerarse del enorme déficit que le dejó como herencia a su sucesor, el presidente Medina, Fernández lo atribuye principalmente a la gestión de su archirrival el PRD, en el cuatrienio 2000-2004, y para colmo, hace un reclamo de méritos por la forma en que él manejó la economía durante sus dos últimas administraciones. El hecho de que ocho años después, todavía se trate de venderle al país ese argumento, es una ofensa inadmisible a la inteligencia nacional y una falta de respeto a su sucesor, quien ha debido cargar con todo el peso de la forma desordenada, alegre e irresponsable con que el señor Fernández se condujo en la presidencia.
El gobierno ha sido en extremo cuidadoso en no agravar la situación que ante el país tiene el expresidente, asumiendo la mayor parte del costo político, por lo que su antecesor debería mostrar cierto agradecimiento manteniendo la boca callada, porque ese tipo de declaración, a que nos tiene acostumbrado, sólo contribuye a irritar más a la población y a hacerle más difícil la tarea al presidente Medina.
Parodiando a Pitigrilli, podríamos decir que a Fernández le asiste la razón. La culpa es del PRD y de los Leones del Escogido.
