La Mulata III, en Sosúa, Puerto Plata, es un proyecto habitacional con moradores arropados por los misterios de unas creencias religiosas que los llevaron a prepararse para el fin del mundo. Crearon una “fortaleza”, un polígono de tiros en un furgón (para entrenarse) y adquirieron un arsenal de armas de guerra, que incluye hasta granadas para supuestamente defenderse de los dominicanos que, “muertos de hambre por la situación que se suscitaría con el fin del mundo”, atacarían el lugar. Todo un círculo cerrado que empezó a desvelarse por los conflictos internos de la “secta o asociación” Academy For Future Health (AFFH) que dirige Peter Brunck.
Según reposa en el expediente del caso, el pasado 13 de agosto de 2012, cinco de los compañeros de este alemán, que tenía unos seis o siete años viviendo en el país de manera legal, denunciaron al Ministerio Público que fueron objeto de atropellos y amenazas de parte de Brunck, quien cortaba el agua, la energía eléctrica, el gas, el cable, y les mataba los animales a los “rebeldes“ (quienes no estaban en consonancia con él).
Peter fue llamado por las autoridades judiciales y no asistió, lo que motivó el inició de una investigación. Incluso, Ruth María Kolbl-Bolten interpuso una querella contra Peter debido a que, como representante de Inversiones AFFH, le entregó la suma de 30 mil euros por la compra de 5.07% de las acciones que este jamás le entregó. Solicitó a un tribunal la devolución de su dinero, y 14 millones de indemnización… En el proceso investigativo del caso, se supo que en La Mulata III había armas de alto calibre y se solicitaron órdenes de allanamientos para requisar 6 casas. El informe indica que los oficiales de la policía cometieron excesos que los fiscales no pudieron evitar, desaparecieron objetos y poco después se desató el supuesto robo de RD$60 millones. Un alemán muerto y tres policías heridos fue la otra cara del allanamiento.
Solo en la casa de Brunck se ocupó dos fusiles, seis pistolas, siete escopetas, 16 chalecos antibalas, ocho bayetas, once radios de comunicación, mil 200 tiros para fusil, una granada, once laptops, una yipeta blindada, una ambulancia, tres four wheel, entre otros. Sobre el caso, fue presentada acusación contra Peter Brunck y Daniel Roland Brunck. Mientras que Solvey Isabel Dittrich fue enviada a juicio de fondo.
¿Dónde está el dinero?
Según el procurador general adjunto, Bolívar Sánchez, el cónsul Alemán en uno de los viajes en que fue a reclamar la puesta en libertad de Brunck, llevó a la procuraduría un inventario de lo que ellos presentan como perdido. “En el inventario de ellos nunca hablaron de una caja fuerte con RD$60 millones”, precisó.
Explicó que esa versión de los RD$60 millones surgen de una investigación que hace Inspectoría de la Policía, “si ese policía dijo que ahí se robaron una caja, que nunca el ministerio público vio, y que los alemanes que sí habían estado viniendo a la procuraduría nunca dijeron que a ellos se les perdió una caja fuerte con RD$60 millones, entonces tú no puedes investigar lo que tú desconoces, nosotros nunca nos enteramos de eso… y no estamos diciendo que eso no ocurrió, no podemos confirmar que eso ocurrió así”.
Aclaró que los alemanes tienen como desaparecidas todas las armas legales que ellos tenían, porque cada ciudadano portaba una escopeta y una pistola con permiso legal, una ambulancia, y una yipeta blindada, y todo está en poder de la fiscalía. Agregó que se investigarán las acciones denunciadas contra la titular de Puerto Plata, Alba Núñez.
¿Qué le robaron a los alemanes?
En el inventario elaborado por los extranjeros dicen que les sustrajeron: Ocho chalecos antibalas, 39 armas (entre arcos, flechas, ballestas, una espada japonesa, escopetas, pistolas…), varias cámaras, un anillo nupcial, una cadena de oro, computadoras, ocho relojes, siete celulares. En la casa de Daniel Brunck: 25 objetos (equipo estéreo, DVD, cámara, lentes, calentador de agua, monitores, una caja fuerte con 500 euros, una ambulancia). En total RD$30 millones 964 mil 435. Sin embargo, los alemanes no reclaman las demás armas de guerra que tenía ilegalmente y que fueron ocupadas por las autoridades. La organización religiosa Academy For Future Health, fundada en Alemania, llegó desde Sudáfrica hasta el país luego de que se destapara un escándalo que los señalaban como traficante de órganos. “Pero las autoridades dominicanas nunca han dicho que se dedicaban a eso”, aclaró Bolívar Sánchez, director general de Inspectoría de la Procuraduría. Explicó que el hijo de Peter Brunck, que pertenecía a la secta, denunció en la Internet que él le había violado a su esposa. “A Peter Brunck lo quieren pintar como un angelito, el santo niño de Atocha es un niño de teta delante de él”, indicó. Las armas fueron traídas al país por un piloto de la TWA.
