En el 66 aniversario

elCaribe llega a su 66 aniversario, en un tiempo en que el periodismo se ejerce en relativa paz en el país.

elCaribe llega a su 66 aniversario, en un tiempo en que el periodismo se ejerce en relativa paz en el país. Ya no es un riesgo. Las amenazas no están dadas por los actores políticos o las fuerzas represivas del Estado o gobiernos abusivos ni por fuerzas incontrolables.

Sufre el periodismo las amenazas de la modernidad del siglo 21, que arrastra el crimen en sus diferentes modalidades, que van desde lo electrónico, el narcotráfico y el lavado de activos; los altos costos de la industria forestal y su impacto en el mundo de los medios de papel y la expansión cada vez más abarcadora de la nueva organización de la economía y sus agentes.

Los periodistas, que serán por siempre el alma de la comunicación, ven transcurrir estos tiempos, pese al progreso de las tecnologías y los canales de expresión, con menos posibilidades en su campo, y pocas perspectivas que permiten trabajar y vivir en un ambiente de suficiencia y de dignidad que merece esa profesión.

Nada que temer como ocurría en los oscuros años de las dictaduras, o las angustias por la opresión de los doce años, pero como la ciudadanía en general, la sociedad, de la que forman parte los medios, y elCaribe no es una excepción, sufre la inseguridad a consecuencia de la violencia y las desigualdades, la pobreza y la desarticulación de la familia.

Pero todas esas dificultades no impedirán que sigamos comprometidos a ejercer una comunicación responsable y apegada a los más altos valores de la humanidad.

Aprovechamos para reafirmar nuestros votos de humildad, sencillez, apertura y tolerancia. Somos un medio de comunicación que ejerce la crítica. Es un deber, una obligación. Es parte de nuestro papel. No pretendemos que se nos provea de una tarjeta especial que nos coloque por encima de todos. Somos parte de ese todo. Podemos equivocarnos. Pero hacemos un extraordinario esfuerzo para satisfacer las necesidades de información de la gente. Escucharla y compartir sus sufrimientos, demandas y esperanzas. Acompañar a la gente en sus aspiraciones por una vida mejor.

Agradecemos las felicitaciones, todas, empezando por la del presidente de la República, Danilo Medina.

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