Historias que parecen cuentos, de Nicanor de la Rosa

Pudo también titularse Cuentos que parecen historias, la colección de textos narrativos que acaba de publicar el escritor Nicanor de la Rosa, cientista social nacido en San Juan de la Maguana hace 66 años, con varias décadas consagradas a la educació

Pudo también titularse Cuentos que parecen historias, la colección de textos narrativos que acaba de publicar el escritor Nicanor de la Rosa, cientista social nacido en San Juan de la Maguana hace 66 años, con varias décadas consagradas a la educación. Pero el autor, o quién sabe si también su editor, quisieron que la obra saliera a la luz como Historias que parecen cuentos, conscientes tal vez, de que para los fines estéticos el orden de los factores no alteraba el producto.

Cualquiera de los veinte cuentos que componen el libro podría ser tomado como modelo para ilustrar la psicología social dominicana, donde por más verista que pueda ser un relato siempre estará cargado de experiencias y anécdotas propias del surrealismo, o del llamado realismo mágico y maravilloso como el que cultivara el eximio cubano Alejo Carpentier.

La Hipoteca, por resaltar uno tomado al azar, cuenta la “historia” de una pareja campesina del sur dominicano, Nicasio y Matilde, quienes viven el idilio que protagonizaban familias campesinas antes de que el modelo económico que se impuso en las últimas décadas socavó las bases autárquicas de la sociedad, lo que junto a la masiva emigración extinguió la posibilidad de sobrevivir en muchas zonas rurales.

“Me había dado cuatro hijos sanos y hermosos, razón prominente de mi brega cotidiana”, refiere Nicasio al pensar en Matilde, a quien describe como exponente de la belleza y las virtudes de la mujer dominicana. Todo cambió cuando llegó Mariano de Nueva York, convirtiéndose en la admiración de toda la comarca, de lo que Matilde no estuvo excluida. La hipoteca de la pequeña propiedad familiar permitiría financiar el viaje de la mujer a “los países”, sueño fatal que terminó en pesadilla.

La familia del relato podría simbolizar a todas las que el neoliberalismo ha lanzado a la dispersión, con el cruel espejismo del mercado, raíz de violencia y corrupción generalizadas.

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