Pedro Almodóvar fue el triunfador de la 34 edición de los Goya del cine español en una noche marcada por la ausencia de la galardonada de honor, Pepa Flores, y en la que el premio a mejor película iberoamericana fue para la argentina La odisea de los giles.

Reñidísimos hasta el final y bastante repartidos, los Goya se decantaron en la recta final por Dolor y gloria, que se alzó con siete galardones: mejor película, dirección, guion original, actor protagonista (Antonio Banderas), actriz secundaria (Julieta Serrano), música (Alberto Iglesias) y montaje. Es la tercera vez que Almodóvar hace el doblete de mejor película y mejor director después de Todo sobre mi madre y Volver.

Dolor y gloria competirá el 9 de febrero por el Óscar a mejor película internacional y hoy la Academia de cine español también anunció que representará a España en los Premios Ariel de México.

Tras la ceremonia y al ser preguntado por los Óscar, el cineasta aseguró que “no es más fácil ganar un Goya” que un premio de la academia de Hollywood.

Un protagonismo, el de Almodóvar, que se benefició de la ausencia de Pepa Flores, Premio Goya de honor, y a la que todos esperaban pese a que las posibilidades de que asistiera eran prácticamente nulas. Incluso cuando esta mañana su hija María Esteve anunció que su madre no asistiría a la gala y que serían ella y sus hermanas las que recogerían el Goya, ello no acabó con la esperanza de que la artista e icono infantil como Marisol acabara finalmente por aparecer en el Palacio de los Deportes Martín Carpena de Málaga (sur), donde se celebró la ceremonia.

Si había alguna posibilidad de que Pepa Flores abandonara el retiro que se autoimpuso en 1985 era que los Goya se celebraran en su adorada tierra natal malagueña, pero ni siquiera eso le hizo salir de esa invisibilidad buscada. Los traumas que le generó su exitosa infancia como artista marcaron la vida de Pepa Flores hasta el punto de renunciar a su carrera profesional con solo 37 años. Y desde entonces su desaparición ha sido prácticamente total. “Hace 30 años nuestra madre tomó la firme decisión de apartase de los focos para siempre y hoy, emocionada y súper agradecida a la Academia y a los compañeros, nos está viendo sin perder detalle en un lugar tranquilo”, dijo Esteve, llena de orgullo.

Completando los premios principales, Belén Cuesta se hizo con su primer Goya a mejor actriz por La trinchera infinita y Banderas recibió el premio a la quinta nominación, emocionado y recordando que precisamente ese día se cumplían tres años del infarto que casi le cuesta la vida. Con el patio de butacas en pie y jugando en casa el malagueño recogió el premio por su personaje de Salvador Mallo, director inspirado en Almodóvar.

La otra gran favorita de la noche, Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar se llevó cinco premios, casi todos técnicos: mejor dirección artística, mejor dirección de producción, maquillaje y peluquería, y vestuario, además de mejor actor de reparto para Eduard Fernández por su general Millán Astray.

“La odisea de los giles” cumplió los pronósticos

El palmarés incluyó igualmente a Lo que arde, de Oliver Laxe, con los premios a mejor fotografía y mejor actriz revelación para Benedicta Sánchez. Y en el apartado latinoamericano se cumplieron los pronósticos y el ganador fue La odisea de los giles, de Sebastián Borensztein, con Ricardo Darín, Chino Darín y Luis Brandoni en el reparto.

Una comedia surrealista, con mucha crítica social y tono de fábula que batió a Araña, de Andrés Wood (Chile); Monos, de Alejandro Landes (Colombia), y El despertar de las hormigas’, de Antonella Sudasassi (Costa Rica).

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