En el almuerzo de ayer del presidente Luis Abinader con directores de medios de comunicación resaltó el menú criollo, desde la entrada, una sopa de vegetales de la cocina de la abuela, casabe, mini yaniqueques, pan campesino, mantequilla de leche, filete rojo o guinea guisada a la criolla, moro de habichuelas negras. El postre: dulcito de coco y un cremita de leche. Eso sí, todo gourmet. Nada de alcohol, tampoco jugos azucarados. Solo agua, y al final, café dominicano. Podía considerarse frugal para quien llega a las diez y sale bordeando la medianoche. Para dormir luego cinco horas, que son las habituales. Es el caso del presidente Abinader, decidido a compartirlo todo con la gente.

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