Los hallazgos de una encuesta realizada por McKinsey & Company confirman que la velocidad organizacional es un ingrediente esencial para el desempeño superior en tiempos de cambios sin precedentes, y apuntan a tres formas en que las compañías pueden ganar velocidad a largo plazo
Santo Domingo, Octubre 2020. En medio de la pandemia COVID-19, ejecutivos y directores afirman que sus organizaciones están realizando grandes cambios con un objetivo primordial: aumentar la velocidad con la que ajustan la dirección estratégica, toman e implementan decisiones tácticas y despliegan recursos.
Así lo indican los resultados de una encuesta realizada por la firma McKinsey & Company, en el que participaron más de 850 ejecutivos y directores empresariales de diversas industrias, quienes expresan que hacer un esfuerzo especial para ganar velocidad vale la pena.
“De acuerdo con este estudio, las organizaciones más rápidas superan a sus pares por un amplio margen en una variedad de resultados, entre ellos, rentabilidad, resiliencia operacional, salud organizacional y crecimiento. Sin embargo, agregar velocidad no es tan fácil como pisar un acelerador. Los ejecutivos que entrevistamos reportan que los silos organizacionales, la estrategia poco clara y la lenta toma de decisiones suelen interferir con los intentos de mejorar la tasa de ejecución del trabajo”, explica Antonio Novas, socio de McKinsey & Company y Country Manager de la firma en República Dominicana.
Los líderes entrevistados son procedentes de industrias como bienes de consumo y venta minorista; productos farmacéuticos y médicos; sistemas y servicios de salud; alta tecnología, medios y telecomunicaciones; viajes, transporte y logística; bancario; industrias avanzadas; energía y materiales globales; y seguros. Ellos ven tres oportunidades principales para superar los actuales desafíos: crear mecanismos de toma de decisiones más rápidos, mejorar la comunicación interna y la colaboración, y aumentar el uso de la tecnología. Se trata de cambios que las organizaciones han estado haciendo para ganar velocidad, y a los movimientos adicionales que podrían ayudarles a seguir el ritmo.
“En la mayoría de las industrias, más de la mitad de los líderes encuestados están considerando o planeando cambios a gran escala y esperan que al menos algunos de estos cambios permanezcan en vigor una vez finalizada la pandemia. Por ejemplo, el 55 por ciento de los líderes prevé que al menos la mitad de la fuerza laboral de sus organizaciones estará total o parcialmente remota después de la crisis.
Si bien las expectativas varían ampliamente según la industria, -desde el 69 por ciento que predice este nivel de trabajo remoto en tecnología, telecomunicaciones y medios de comunicación hasta el 43 por ciento en industrias avanzadas- una porción significativa de la fuerza laboral puede ser parcial o completamente remota incluso en las industrias donde las operaciones de manufactura, atención a pacientes y ventas a menudo requieren personas en oficinas y otras instalaciones de la compañía”, agrega Novas.
Frente a la necesidad de implementar tecnologías que permitan a las personas trabajar de forma remota, los líderes han aprovechado la oportunidad para acelerar la adopción de tecnologías y la innovación en sus organizaciones.
Los líderes encuestados suelen citar la necesidad de reaccionar más rápidamente a los cambios en el mercado con mucha más frecuencia que factores como la necesidad de reducir costos, aumentar la productividad o interactuar más efectivamente con los clientes.
El estudio señala también a la lenta toma de decisiones; la falta de claridad estratégica, las políticas rígidas y la jerarquía formal como factores que limitan la velocidad. Además, las organizaciones han alentado a sus empleados a que se comuniquen más, en parte para compensar la falta de encuentros presenciales.
Un líder encuestado señala que “la comunicación entre empleados y ejecutivos se ha vuelto más frecuente y transparente, y como tal, los mensajes viajan de manera mucho más eficiente a través de la organización”.
La encuesta de McKinsey también indica que algunas de las velocidades que las organizaciones están ganando son el resultado de formas de trabajar similares a las de la gestión de crisis, pero gran parte de ellas pueden y deben mantenerse en nuevas formas de trabajar a medida que las organizaciones avanzan a través de la pandemia. Notan lo importante que es dar a los empleados que trabajan más cerca de los clientes más autoridad para tomar decisiones y aclarar las responsabilidades de las personas.
“Estudios previos de McKinsey indican que una mayor velocidad en la toma de decisiones puede lograrse mediante la realización de menos reuniones, con menos tomadores de decisiones presentes en cada una de ellas; al promover un debate en tiempo real y de alta calidad sobre las decisiones de alto riesgo con el potencial de dar forma al futuro de la compañía y delegando decisiones no críticas a empleados y equipos empoderados”, agrega Antonio Novas.
Otros cambios sugeridos por los encuestados son mayor comunicación entre las distintas esferas de la empresa y entre los empleados de los distintos niveles de la organización; la adopción de modelos de comunicación y colaboración menos jerárquicos y más ágiles; y un mayor uso de la tecnología para permitir un modelo de trabajo híbrido que pueda proporcionar mayor flexibilidad y productividad.