Santiago. Un estudio levantado por el Consejo Estratégico de Santiago llama a reglamentar el cableado enmarañado que colocan empresas telefónicas y de comunicaciones debido a la contaminación visual y movilidad que genera.

De acuerdo con Reynaldo Peguero, director ejecutivo del consejo, para este año 2018, Santiago de los Caballeros como ciudad y su entorno metropolitano de 103 kilómetros cuadrados, acumula 2,615 kilómetros lineales de vías primarias, secundarias y terciarias.

En 1997, hace 20 años, acumulábamos apenas 400 kilómetros lineales de vías, por lo que este aumento de 500% de la red vial, trajo consigo el aumento de la extensión y magnitud del total de postes, torretas y cables.

“Siendo conservador o mesurado estimo que debemos tener más de 3,000 kilómetros de cables caóticamente colocados en Santiago”, expone Peguero.

Desde el año 2007, el Ayuntamiento tiene pendiente una ordenanza que declare de interés público el control del uso de espacio aéreo urbano por parte de las personas públicas o privadas, físicas o jurídicas.

Si es de “interés público”, entonces el cableado caótico tiene que ser objeto de reglamentación, con estímulos fiscales, penalizaciones y arbitrios concretos.

Propone tres tipos de zonas para las permisologías, una primera de alta restricción de colocación de cableado para las áreas patrimoniales, históricas, de atractivo paisajística y visualidad natural.

Una segunda de moderada restricción para las zonas de transición conformadas por áreas donde se ubican las vías primarias y secundarias de la ciudad y una tercera para el cableado y colocación de postes, antenas y torretas para la prestación de servicios comerciales en áreas barriales y comunitarias donde las vías pasan de lo secundario a lo terciario.

Considera que la nueva normativa debería regular todas las actividades de tendido de redes de antenas, postes, torretas y cables para televisión, telefonía, electricidad e internet.

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