SANTO DOMINGO – Estar en lista de espera para un trasplante de órgano es apostar a un turno que para miles de personas nunca llega. Según una investigación presentada por “Desclasificado con Addis Burgos” en los últimos seis años 18 mil personas han fallecido a espera de un trasplante en el país para un promedio de 3000 personas al año.
Lista de espera por un trasplante de órgano
Al día de hoy la lista de espera para enfermos renales es de 243 según datos oficiales del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (INCORT). Pero el número de pacientes totales es gigante, sin un censo general a mano especialistas estiman sobrepasa los 3000.
Muchos ven a sus compañeros de batalla morir como ocurrió con Gerardo Manuel Francisco Bueno. Este guerrero murió a espera de un trasplante de riñón en noviembre pasado tras dos años en lista.
La investigación arroja que hay casos tan extremos como el de Nuria Molano quien dice tener cerca de 7 años en lista de espera. “En lista de espera yo tengo como siete años luego de un intento de trasplante tuve una recaída y el sistema me manda a empezar todo el proceso de cero.”
Estar en lista de espera tiene varias etapas. Todo inicia cuando el médico te informa sobre la necesidad y beneficio de un trasplante, después se hace una evaluación pre trasplante y estudios inmunológicos. Luego el paciente da su consentimiento y acepta estar en una lista de espera. Esto que implica la búsqueda de un donante, para ese momento debe estar dispuesta la financiación del trasplante. Las principales trabas son de identificación del donante y financiación. El futuro de quienes requieren un trasplante depende de políticas de estado tan lentas que son invisibles.
Retrocesos por la pandemia
La pandemia traumatizó los avances. Desde 2008, cuando se realizó el primer trasplante, hasta la fecha se han realizado en el país 4,123 procedimientos siendo los logros más significativos para pacientes renales. Durante el 2021 se realizaron en el país 45 trasplantes renales, 118 trasplantes de córneas y solo un trasplante de hígado. Estas cifras muestran el fatídico impacto de la pandemia frente a los avances que se habían conseguido. Y que en el 2019 favorecieron que se realizaran 86 trasplantes renales, 5 trasplantes de hígado, 6 trasplantes de médula ósea y 350 trasplantes de córnea.
¿Y qué sobre las donaciones de fallecidos?
El donante idóneo es el paciente que fallece en muerte cerebral, y a su vez no padece de alguna enfermedad infectocontagiosa. Deja claro que no todos los casos aplican para donaciones de órganos.
La muerte de Patricia Ascuasiati cuyos familiares se propusieron donar sus órganos es un ejemplo. Los traumas sufridos en el incidente que generó su muerte y posteriores cirugías dieron como resultado que sus órganos no se encontraran aptos para una donación.
Uno de los procedimientos más buscados es el trasplante renal. En la realización de un trasplante renal cadavérico el paciente necesita una inversión de RD$1, 190,000. De ese monto, RD$190,000 corresponden a la detección, mantenimiento y coordinación de la extracción de los riñones. El restante corresponde al implante renal del paciente receptor.
Hay mitos sobre este tema
El INCORT establece que hay quienes piensan que la donación de los órganos es una falta de respeto o amor al cadáver de su fallecido. Sin embargo, salvar a un enfermo puede convertirse en la mejor despedida que cualquiera pueda tener. Se puede ayudar a salvar la vida hasta de ocho personas con órganos distintos.
En el país, según INCORT, se han realizado 311 cirugías gracias a órganos de personas fallecidas. Este es un número muy bajo frente a los 4,123 trasplantes que se han realizado en el país desde 2008. Con esto, se plantea el desafío de concientizar a la población frente a este tema.
El dinero determina quién vivirá
Los pacientes que requieren trasplantes de riñón son los más favorecidos actualmente. Desde el año pasado gozan de cobertura total para enfermedades catastróficas de esta índole pero el resto queda desprotegido.
Los pacientes que requieren trasplantes de hígado, corazón y pulmón procedimientos que actualmente no se realizan en el país viven desamparados. Para poder vivir, tienen el reto de conseguir cirugías complejas con costos de hasta siete millones de pesos por cada procedimiento. Se suman los gastos de viajar a un país extraño, lo que provoca que muchos mueran sin encontrar una oportunidad.
Hay un maco
Entre las críticas se establece que las salas de diálisis están llenas de pacientes que aplican para un trasplante. Pero son conducidos a ese procedimiento por los nefrólogos. El motivo oculto: continuar recibiendo beneficios económicos de la enfermedad. Muestra de ello es que al estado le resulta más económico asumir un trasplante que costear sus diálisis.
El gobierno firmó en enero de este año un convenio con Argentina que se convierte en un paso gigante. Se busca establecer un programa de trasplante hepático en niños, que es uno de los procedimientos que aún no se realiza en el país. Se agregan capacitaciones a la clase médica de modo que puedan establecerse nuevas jornadas quirúrgicas de impacto.