Ángel Alcides Pérez, matador de Máximo de la Rosa y su hijo Max Hamlet de la Rosa, al atropellarlos en la avenida Independencia, violó artículos graves de la ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial: 256, sobre prohibición de conducir en estado de embriaguez; 264, sobre límite de velocidad; 303, sobre accidentes que provoquen lesiones o muerte; 306 sobre responsabilidad del conductor ante un accidente. Algo inaudito, un homicida al volante sin ninguna duda. Este sujeto, ahora en un mes de prisión preventiva, debe recibir todo el peso de la justicia penal, su conducta irresponsable, inmisericorde, criminal, ser sancionada ejemplarmente. Aun sobrecogidos ante este hecho, y en Azua otras cinco personas han muerto en un choque. Interminable cementerio de nuestras vías.

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